No Te Enamores De Jack. ©

Capítulo 63

Luego de hablar con Jack, y de agradecer a sus padres el haberle dicho pese a sus deseos, me despedí con un enorme abrazo. Al fin y al cabo me iría de aquí.

Irónico, en el mismo día el reencuentro y la despedida.

Jack se ofreció para llevarme al campus.

—¿A que nunca te haz subido en una belleza como esta?

Ahí estaba, parado frente a mí con su cara presumida y una sonrisa enorme señalando su motocicleta.

—Te equivocas. Yo he subido antes a una motocicleta, no a una como la tuya pero al fin y al cabo una motocicleta.

—¿Y se puede saber a la moto de qué chico fue?

Su voz tenía un deje de ¿celos? Y me reí por su expresión ahora seria.

—Son secretos.

—Vamos, Blade. Tu círculo de amigos es reducido, sin hacer mucho esfuerzo puedo deducir que es Oliver.

—Caracoles. Yo creí que podía ser más misteriosa si hablaba así.

Mi nombre saliendo de sus labios y con su voz sonó dulce y tierno.

¡Cuánto extrañé a mi mejor amigo!

—En realidad sí causas eso.

—¿Eso?

—Sí, haces que uno quiera saber más de ti. Haces crecer en mí el deseo de conocerte cada vez más. Conocer a esta Blade.

Su confesión al principio me descoloca. Vean, no es normal tener de un momento a otro a Jack Daniels frente a ti diciéndote que quiere conocerte y que tiene curiosidad sobre ti.

—¿Pero acaso ya no conoces a esta Blade?

—Uno nunca termina de conocer a alguien, pequeña Blade. No eres la misma que hace años atrás, ni la misma que hace unos meses así como yo tampoco.

Y cuánta razón tenía. Había cambiado mucho y creo que las notas me llevaron a hacerlo también, y quizás también lo pensó cuando habló sobre  sí mismo.

Pequeña Blade.

Ya había olvidado eso.

—¿Qué dices, nos vamos al campus?

Nos vamos al campus. Suena tan dulce cuando lo dice en plural.

—¿Blade?

—¿Ah?

Me di un golpe mental cuando caí en cuenta de que la reconciliación con Jack me estaba haciendo divagar en cada palabra que decía.

¡Tienes que tranquilizarte! Vas a morir si permites que se te acelere así el corazón, loca.

—¿Que si nos vamos al campus?

Jack me tendió un casco igual que eso suyo solo que color rosa pálido. Bonitos ambos, como dos bombones color pastel.

Sin mediar palabra lo tomé con una sonrisa y me subí a la parte trasera.

—Aquí es donde abrazas al caballero que te llevará a casa esta noche.

—¿Caballero? No querrás decir caballo.

—Oh, pequeña Blade, no querrás meterte en problemas con un chico malo como yo.

—¿Chico malo?

—¿Acaso olvidaste que me llamaste chico malo que escucha rock?

—Ups, cómo olvidar eso. Sigo creyéndolo por cierto.