Capítulo 59

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Narra Blade

Dos meses. Han pasado dos meses desde el incidente en el baile, desde que Jack se fue y desde que la vida pareció retroceder al principio.

Volví a tener episodios de pesadillas, la ansiedad por el asunto había aumentado y me pesaba en la mente recordar lo que sufrió Jack y lo poco que le importé al dejarme sin oportunidad de hablar.

Hablé con papá sobre lo sucedido y no hizo más que suspirar y decirme que lo sentía. Pero que a veces ciertas cosas escapaban de nuestras manos.

Y citando las palabras de Aarón, mi médico que dijo: "Esta situación te dejó como lección no perder el tiempo, cada segundo que pasa cuenta, así que la próxima vez no lo pienses dos veces y actúa con decisión. Siempre será la mejor opción, porque aunque pierdas habrás vencido un miedo".

Y pensándolo bien, creo que sigo teniendo miedo. Miedo de no poder hablar de nuevo con Jack. Espero que no se haya ido muy molesto como para decidir no regresar nunca, aunque podría entender si considera que todo lo que está aquí podría hacer que pensara en lo que pasó, así como yo también lo pienso.

Y no es que exagere. En cosas tan simples como ver un chico en motocicleta, o ver algo color azul o un partido de fútbol o las tontas canciones que suenan en la radio. Todo parece burlarse de mí.

Me siento dejando caer todo mi peso en la cama y suspiro sonoramente. Nina voltea a verme curiosa y a la vez preocupada.

—¿Todo en orden?

—Sí, fui a pasear por ahí y me tomé un atajo para ir al mirador. Nada nuevo por ahí.

—Blade...

—No, tu tono de regaño me da miedo. No lo uses. 

—¿No crees que eso podría afectarte? Frecuentar ciertos lugares.

—No lo creo, ni que hayamos ido juntos o algo así.

—Ayer pasaste por su casa, husmeando.

—Nooo, no es así.

—Pues déjame decirte que eso pareciera. Si quieres saber de él solo llama a su casa o ve tú misma a hablar con sus padres.

—No puedo, nunca podría.

—¿Por qué no?

—Sus papás me reconocerían, y eso me daría mucha vergüenza. Además es probable que sepan lo sucedido con Jack y que él no quería dirigirme la palabra.

—Pero, ¿acaso no fuiste con Oliver el otro día?

—Yo no me acerqué, me quedé en la moto y sin quitarme el casco. Además él fue quien habló y todo.

—Ya veo...

Me quedé en silencio y ella también mientras tecleaba algunas cosas en su teléfono. Era toda una experta con los dispositivos electrónicos y muy ágil para escribir mensajes, y ni hablemos de sus habilidades para investigar de otros por sus redes sociales. Me salió un poco psicópata la amiga.  Pero así la amo.

—Ven, acércate. ¡Apúrate!

Casi corriendo me tiré en su cama y me tendió su teléfono.

—¿Qué?

—Agárralo, es tu oportunidad antes de que entremos a la universidad. Esto es decisivo.

—¿De qué hablas, Nina?

—Ese es el número de Jack, llámalo y si no cuelga la llamada aun sabiendo que eres tú, pídele que te deje explicarle toooodo. Y si lo hace luego de saber que eres tú pues continúa con tu vida. Ya habrás intentado todo lo que está en tu mano.

No Te Enamores De Jack. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora