No Te Enamores De Jack. ©

Capítulo 31 (Maratón 2/3)

Narra Blade

—No bromeen así, chicos

—Nadie lo está haciendo, Nina—dije rodando los ojos ya cansada de repetírselo—.

Si llevamos unas 10 veces diciéndolo son pocas. ¿Acaso es tan dificilísimo creer que un chico como Jack haría algo bueno por alguien? La vez que chocamos también me ayudó, ya son dos puntos.

Tienes que dejar de darle puntos extra a la gente cuando hace cosas bien, Blade. No es una clase.

Pero, pero, debes admitir que todo mundo merece una estrellita por hacer las cosas bien. Son incentivos.

Oh no, eso es exactamente de lo que hablaba la nota anterior. No me sorprende tanto que haga cosas buenas, porque muy en el fondo creo que confío en que puede cambiar así como muchos lo han hecho.

Mi cerebro intenta pensar en su reacción al leer la nota. ¿Y si fue eso lo que lo motivó a actuar? ¿Y si confía ahora en sí mismo porque Black confía en él? ¿Y si necesitaba ese empujoncito en palabras?

Una sacudida de parte de Nina me saca de mis ensimismamiento.

—¿Ah? ¿Ah?

—Estabas perdida, ¿en qué tanto piensas? ¿En Jack Daniels?

—¿Qué? ¿Yo? Pufff, para nada.

—Eres muy mala mintiendo, tu voz se tornó aguda y tus mejillas se sonrojaron.

—Tonto sonrojo—dije desviando la mirada.

—Vamos, dime que tus pensamientos tienen el nombre del chico más sexy y más pesado de nuestro instituto— hizo un ademán con las manos para que le contara—, prometo no juzgarte por tus gustos.

—Está bien.

Creo que soy una persona muy blanda. Ella puede convencerme rápido. Como un rayo.

Lucas no sabía de las notas, y no porque no confiara en él sino porque estaba hablando de JACK, el mismo chico que me molestaba y del que Nina y él me cuidaban.

Lucas es como el hermano mayor que nunca he tenido, y sé que se molestará cuando le cuente lo que he hecho.

—Primero que nada, debemos de decirte algo Lucas—dije viéndolo nerviosa.

—Sí, ya decía que algo no me estaban contando. Están siendo misteriosas, demasiado. Anda, dispara.

Y sí que voy a dispararle.

—Verás—Nina me sostuvo la mano mientras hablaba y lo agradecí—, hace un par de meses, sintiéndome cansada del comportamiento de Jack hacia mí y hacia otros, decidí enviarle una nota expresándome en nombre de lo que muchos sentimos, pero más de lo que yo tenía dentro.

—Ah, descuida. No eres la primera que le dice sus cuantas cosas.

—Lo sé—susurré.

Tomé una enorme bocanada de aire para lo que iba a decir. Esperaba que no fuera mucho, o que no se lo tomara mal.

Proseguí.

—La diferencia es que él respondió mis notas, y hemos estado en comunicación casi regular.

Su cara era todo un poema. Así que empezó a reírse fuerte.