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Habían pasado algunos meses después de la separación de la Toman.

En ese tiempo no había pasado la gran cosa, solo que Sanzu se fue de la casa, Takeomi ya casi no está en casa, solo viene a dormir y Senju sólo me ignora.

Incluso mamá había conseguido un trabajo y ya no estaba como siempre en casa.

También, Mikey había desaparecido de la faz de la tierra, al parecer se había peleado con todos y ellos estaban molestos con él.

Ahora sólo estaba yo, sola con mi soledad.

—Mugrosa, toma tus chivas, nos vamos. —Dijo Sanzu entrando por la ventana.

—¿Q...? ¡Sanzu! —Exclamé saltando sobre él para abrazarlo. —¡Ya no usas la mascarilla!

—Ahora me agradan las cicatrices. —Sonrió. —¿Cómo has estado? No te he visto en meses.

—Eres un imbécil. —Chillé para después comenzar a llorar. —Ustedes, bastardos, me abandonaron, todos ustedes lo hicieron.

—Suran, yo no te abandoné, le dije a mamá que te diera una carta cuando me fui.

—¿Cuál carta?

—¿No te la dio?

—No, ella dijo que eras un malagradecido y que te habías ido como papá. Y también dijo de cosas a Takeomi por no llegar a casa.

—Da igual, ¿Quieres venir conmigo?

—Si. —Lo miré con mis mejores ojitos de cachorro y a su vez hice un puchero. —Chosto también quiere ir.

—Bien, llevemos a Chosto. —Rió. —Toma lo que necesites, igual podemos comprarte más cosas después.

—¿Podemos? ¿Con quién vamos? —Pregunté tomando mi mochila transportadora para poner a Chosto, tomé sus croquetas y la bolsita con su arena.

—Con Mikey. —Dijo.

Sanzu fue a mi armario y sacó un par de prendas, un par de zapatos, hasta ropa interior y la puso en una mochila la cuál se puso.

—¿Y Takeomi? —Hice un puchero.

—Él no podría molestarse contigo, lo llamarás después para decirle. —Dijo dándome la mano, yo la acepté mientras sujetaba a Chosto, ya que me había puesto la mochila por enfrente.

Ambos subimos a mi auto y él arrancó hacia cualquier lugar. Por la ventanilla pude ver a Takeomi, con Senju, Waka, Arashi y Shinichiro, hice una seña a modo de despedida y entonces los perdimos de vista.

No pasó mucho cuando Takeomi me estaba llamando.

¿A dónde vas? ¿Por qué llevas a Chosto?

—Me voy con Sanzu, así no voy a estar solita. —Dije nerviosa, me mordí el labio.

¿Qué? ¿Por qué? ¡Suran vuelve acá!

—No, al menos Sanzu no me va a ignorar como tú lo haces junto a Senju.

Mierda, dime en donde estas, dime lo que ves.

—Perdón Omi, pero no quiero estar sola.

Colgué la llamada y apagué mi celular. Escuché a Chosto maullar, metí mi mano a la mochila para después acariciar su cabeza calva y se calmó.

—Tranquila, todo estará bien. Incluso está Koko. —Me dijo Sanzu mirándome de reojo.

—Ah... las cosas no salieron bien con Koko, quizás no funcione ahora. —Murmuré.

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora