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—Es que no mames. —Solté las carcajadas. —Esa vez si estuvo gracioso, te caíste en la coladera wey, y para colmo te resbalaste con las aguas grises.

—Callate, no es divertido. —Gruñó avergonzado.

—Si fue divertido, ¿Al menos te bañaste?

—Obvio, no podía ir a una pelea tan importantísima todo asqueroso.

—Pues... te diré.

—Callate yaaa, te voy a acusar con... Con la señora, ¡Miré señora, me está ofendiendo ésta mocosa!

—¡Niña no molestes al muchacho! —Exclamó la señora divertida.

—¡Pero es que se cayó en una coladera! —Solté una carcajada y la contagié.

Ella se fue riendo hacia donde tenía que ir.

—Ya vámonos, te voy a dejar a tu casa, queda cerca de la mía.

—¿Qué? ¿Y se te hizo difícil encontrarme?

—Nah, eso te lo dije porque desde antes te estaban siguiendo, te vi y decidí acercarme por si las moscas.

—Ouh, pues... gracias. —Dije sonriendo.

—¿Hace cuanto llevas viviendo con tu padre?

—Uhm, como... Medio año, algo así. —Dije pensativa.

—Vamos a hacer algo...-

—Ay no, que flojera.

—Todavía ni escuchas. —Dijo mirándome con cansancio.

—Perdón, la costumbre. —Reí. —Prosigue.

—Tu y yo, seremos amigos.

—Me agrada eso.

—Pero con derechos.

—Chinga tu madre. —Dije y él empezó a reírse.

—No, era broma. —Dijo divertido. —Seremos amigos, me agradas, y es obvio que yo te agrado.

—¿Qué? ¿Cómo sabes? ¿Qué tal si estoy fingiendo que me agradas?

—Ya lo admitiste, sonsa. Ven, vamos a sentarnos en la banqueta a comer nuestras hamburguesas.

Ambos nos sentamos y agradecí llevar short abajo de la falda.

—¿Sabes? La vida es dura, pero más dura, es mi verdura. —Dijo y escupí el refresco para después soltarme a reír a carcajadas.

—¿A poco si? —Dije en burla.

Él me hizo una cara de: imaginatelo. Y yo abrí mi boca sorprendida.

—Ay, ver para creer. —Dije divertida.

Hanma viró los ojos, tomó mi mano y la puso en su entrepierna. Abrí mis ojitos a todo lo que daba, sorprendida por aquello.

—Para que no te quedes con las ganas. —Rió de forma coqueta haciéndome poner colorada.

Pues... no les iba a negar que si era grande el asunto.

—Hanma eres un sucio atrevido.

—Lo sé, me haces ser así.

—¿Cómo poors?

—No lo sé. —Se encogió de hombros tomando su refresco. —Dame tus envolturas, las voy a tirar.

[En esa misma calle en otro lugar.]

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora