15

7.1K 1K 306
                                    

Suran Akashi, (27 años).

—¡Pato! —Chilló la peliblanca lanzandose a abrazar al pelinegra. —Hace años que no te veía, casi no te reconocía.

—Gracias por aceptar nuestra visita, fue algo difícil contactarte. —Dijo Takemichi mirándola con una sonrisa. —¿Todo ésto es tuyo?

—Sip, bueno, también de mi pareja, en realidad la mayoría es de él. —Rió ella. —¿Por qué querías verme?

—Oh verás, estoy pasando a ver a todos, para visitarlos y saber que fue de sus vidas, estuve a punto de morir hace poco y me dio por visitarlos a todos los que conocí en algún momento.

—Vaya, ¿Qué te puedo decir? No fue la gran cosa mi vida, renuncié a la Toman cuando Baji y el tal Kazutora murieron, fue algo shockeante porque... Tú sabes, Mikey parecía otra persona, cambió desde ahí. —Murmuró. —Después de eso no tuve contacto con ninguno, hasta que tiempo después volví a reunirme con Kenchin, él y yo manteníamos contacto hasta que ocurrió lo que ocurrió, hasta ahora he ido a verlo a prisión, ¿Ya fuiste a verlo?

—Si, y... ¿Es verdad que Kisaki había tratado de matarte?

—Uff, fueron unas tres veces las que trató de hacerlo. —Dijo divertida. —Pero en ninguna pudo lograrlo porque en la primera Kenchin se atravesó, en la segunda Hanma se cayó en un hoyo que daba hacia el drenaje, y en la tercera fue cuando... Ella murió.

De pronto el ambiente se había vuelto pesado. El solo recordar su muerte, la ponía nerviosa, había muerto por su culpa y nunca se lo iba a perdonar.

—¿Quien murió? —Preguntó Takemichi curioso.

—Fue... ¡Koko, ya llegaste! —Exclamó yendo a abrazar a su pareja.

—¿Quiénes son? —El chico la besó tratando de marcar territorio.

—Él es amigo de mi infancia, y él es su amigo supongo. —Señaló.

—¿Ya estás lista? Tenemos que ir a la cena.

—Oh si claro. Pato, ¿Podemos hablar en otro momento? Tengo una cita.

—Ah está bien, hablamos después. —Asintió. —Fue un gusto volver a verte.

—Lo mismo digo. —Sonrió.

⚡•••⚡

—¡Bolita por fasss! —Exclamé hacia el tipo con bananas en la cabeza.

El chico levantó la pelota haciendo sonar el cascabel en su oreja.

—Orale, lindo arete. —Sonreí.

—Gracias, fue un regalo. —Dijo ladeando su cabeza. —Aquí tienes tu pelota.

—Gracias. —Sonrió.

—Tu... ¿Eres la nueva subcapitana de la Toman?

—Ah, si, supongo.

—Nunca pensé que una chica pudiera estar en una pandilla, felicidades, eres la primera.

—Es un honor. —Reí. —¿Cómo te llamas?

—Kazutora, tu eres Suran, he escuchado de ti.

—¡Suran, la bola wey! —Exclamó Takeomi.

—Ay, me tengo que ir. ¡Fue un gusto conocerte!

—Apurale enana. —Dijo divertido Waka.

—Callate. —Dije avergonzada.

Estábamos jugando fútbol Americano, según ellos ahora que era parte de una pandilla, tenía que saber defenderme, ¿Y que mejor que el americano para aprender a taclear gente?

—A ver, va de nuez, ¡Suran, ataca! —Me dijo Takeomi.

—Ni que fuera perro. —Gruñí.

—¡Taclea! —Exclamó Waka.

—¡Voy!

Corrí hacia Takeomi, y salté sobre él tirándolo al suelo para quitarle el balón, corrí hacia la esa madre de portería o lo que sea, esquivé a Waka y anoté.

—¡En su cara extras!

—¿¡Eso qué!? ¡Era taclear no saltarme encima!

—¡Es estilo libre!

—¡Estilo libre mis calcetines!

—Ya, ya, ya, vamos de nuevo, esta vez lo tacleas. —Me dijo Wakasa y yo asentí. —¡Takeomi!

Waka le pasó la pelota, yo corrí hacia él y lo tacleé quitándole el balón, Waka corrió detrás de mi. Pero logré esquivarlo nuevamente y anoté.

—¿Ya se cansaron, debiluchos?

—¿Cómo es que corres tan rápido? —Cuestionó Waka hiperventilando.

—Es Dash, con su drisfrash. —Reí haciendo una pose cualquiera. —¿Si topan Los increíbles?

—Vamos de nuevo, ésta vez nosotros trataremos de taclearte.

—Veremos dijo el ciego. —Sonreí competitiva.

Sujeté fuerte el balón.

—¡Ahora!

—¡Mamiiii! —Chillé corriendo, evitando se atrapada por esos burros.

Afortunadamente lo único bueno que tenía era que soy rápida, y tengo buenos reflejos. Y soy medio fuerte, pero eso es otro pedo.

Me agaché cuando los dos venían a mis lados y se estamparon, yo seguí corriendo hasta anotar.

—Son unos ancianos. —Me burlé viéndolos en el suelo. —¿Por qué están rojos? ¿Se rompieron los dientes o qué?

Ellos se levantaron y no pudieron mirarse a los ojos.

—No mamen que se besaron. —Solté una carcajada.

Takeomi se quitó el zapato y me lo lanzó, pero lo esquivé.

Seguí riéndome de ellos.

—Son tan gays. —Me burlé. —Ya vámonos, ya me dió hambre.

Fuimos por hamburguesas, pero en ese camino ninguno de los dos pudo verse a la cara.

—Ya pinches gays, Waka es mío, aviso. —Dije burlona.

—Suran, cállate. —Dijo Takeomi.

—Estos celos me hacen dañooo, meeeenloqueceeeennn. —Canté y Waka me lanzó una papa.

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora