47

3.9K 626 120
                                    

Habían pasado al rededor de dos meses, papá me tenía completamente vigilada las 24 horas del día con cámaras de seguridad.

Me había quitado el celular, el auto y confiscado el dinero. Hasta ahora, había estado creando un plan para salir de aquí, y completar mi venganza contra esos pendejos.

—Suran, iré con Lonnie, no voy a llegar. —Dijo papá asomando su cabeza por la puerta de mi habitación.

Aproveché para darle un puñetazo haciendo que abra bien la puerta, me subí sobre su torso y seguí golpeandolo hasta el cansancio.

Una vez estuvo inconsciente busqué las llaves y las encontré, después fui a su habitación para borrar la evidencia y desactivar las cámaras hasta que me haya ido.

Fui rápidamente a su auto ya que el mío era fácil de localizar, apenas subí arranqué acelerando a todo lo que se podía.

Estaba segura que los chicos se habían cambiado de departamento, así que ahora no sabía en donde se encontraban, y mucho menos sabía sus números ya que también los cambiaban para evitar ser rastreados.

Así que fui directamente a la casa de los Akashi, una vez estando ahí, me bajé y caminé para tocar la puerta.

Pero me desesperé cuando la primera vez no abrieron, así que pateé la puerta dos veces para abrirla.

Ya estando dentro, no me sorprendió que no hubiera nadie, así que fui hacia la habitación de Takeomi.

Abrí mis ojos más de lo normal, sorprendida por lo que veía. Mis cosas estaban ahí, peluches, fotos, dibujos, incluso mis tacones estaban acomodados al lado de los zapatos de Takeomi.

—¡Maldito imbécil! —Exclamé comenzando a destruir todo.

Tomé unas tijeras para romper los peluches, con mis manos rompí las fotos y los dibujos. Y desordené la habitación.

—¿Por qué mierda me haces esto? —Bramé no queriendo derramar mis lágrimas.

Fui hasta el armario en donde sabía que Takeomi guardaba sus bates y armas. Decidí tomar un bate, que era lo menos peligroso.

Había pasado poco tiempo cuando escuché que alguien llegaba.

—¿Qué dem...? ¿Suran? —Era Senju.

—A ti te quería encontrar, perra. —Sonreí levantando el bate y sin darle tiempo de reaccionar lo estampe en su pierna con fuerza. —No quiero matarte todavía, quiero divertirme un poco.

—¡Basta, me lastimas!

—¡Tú también me lastimaste y no me estaba quejando!

—¡Takeomi! —Exclamó.

Le solté un puñetazo dejándola inconsciente. Takeomi atravesó el lumbral de la puerta y nos vio.

—¿Cómo es que estás aquí? ¡Tú deberías estar con papá!

—Estoy harta de ustedes dos. —Bramé levantando el bate para golpearlo pero él fue más rápido y me lo quitó.

Pero no me quedé sin hacer algo, le di un puñetazo en el estómago y luego le solté una patada en la cara.

Mikey es un buen maestro.

—¡Suran basta, tu no eres así!

—¡Ustedes me hicieron así!

Le di un puñetazo cuando él se agachó un poco.

—¡Voy a matarlos malditos traidores! —Exclamé haciendo notar la navaja.

—¡Suran, Suran, podemos hablar! ¡Hablemos!

—La última vez que te escuché hablar solo eran asquerosas mentiras, ¿Y qué lo que hiciste? ¡Hiciste que papá me encerrara como un maldito peligro!

Takeomi me tomó del brazo, doblandolo para hacerme soltar la navaja.

—¡Suran! —Alguien más había llegado, era Sanzu. —¡Sueltala, no está en sus cinco sentidos!

—¿¡Cómo sabes eso!?

—¡Papá la drogaba, el psiquiátrico también lo hacía! ¡Intentaban suprimir sus emociones pero no funcionaba y seguían suministrando más drogas cada vez más fuertes!

Sanzu me sostuvo por los brazos y yo gruñí.

—Sueltame Sanzu, o también las pagarás. —Bramé.

—Suran, tienes que escucharme, no eres tú, ésto es producto de las drogas. —Dijo él apretándome contra él. —Nunca estuviste en tus cinco sentidos, porque yo te drogaba en la comida cuando no te dabas cuenta, ¡Si tienes que matar a alguien soy yo! ¡Yo hice todo ésto, todo fue mi culpa!

Dejé de moverme.

—Perdoname, solo quería que estuvieras de mi lado, quería sentir lo que Takeomi sentía al tenerte a su lado. —Dijo comenzando a llorar. —Todo fue mi culpa. Yo fui quién ventiló lo del apodo, cuando lo escuché de Senju.

—Sanzu. —Dijo Takeomi sorprendido.

—Todo este tiempo... ¿Tú tenías la culpa de que ella estuviera así? —Preguntó mamá entrando por la puerta, bueno ya ni había puerta.

—Solo quería que alguien estuviera a mi lado, que alguien me quisiera como Takeomi y Suran se querían.

Escucharlo llorar me rompió el alma. Me solté de su agarre y tomé sus mejillas mostrándole una linda sonrisa.

—Te perdono. —Dije sonriente.

Me aparte un poco de él, y luego le di un puñetazo en la cara haciendo que se cayera inconsciente.

—Ahora si te perdono bien. —Dije.

—Suran entonces... —Habló mamá.

—Sigo en custodia de papá, así que no hay forma de que yo pueda estar con ustedes, y ahora no quiero hablar porque no sé si lo que digo es lo que siento realmente. —Viré los ojos, me agaché frente a Sanzu y busque su celular. —Nos vemos después.

Apenas salí me metí al auto y llamé a Mikey.

—Maicol, renunció a Kanto Manjikai, no me siento en condiciones de estar en una pandilla.

Bien, si esa es tu decisión está bien. ¿Volverás en algún momento?

Lo haré, lo prometo. —Sonreí a pesar de que no me viera.

—Siempre serás bienvenida.

Cuando llegué a la casa, Lonnie estaba con papá curandole las heridas de la cara.

—Ya llegué. —Dije dándole las llaves a papá, para después meterme en mi habitación y poner música a todo volumen.

Qué locura de día.

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora