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Suran Akashi, (27 años).

El sonido del motor rugir fue lo que hizo emocionar a la gente, la peliblanca al volante quitó el cigarrillo de su boca y expulsó el humo.

—¿Estás segura que le sabes? —Preguntó el pelinegro de ojos azules a su lado.

—He hecho ésto más tiempo de lo que tú has comido ramen. —Le dijo viéndolo de reojo.

—¿Demasiado?

—Obvio, si no supiera para empezar estaría como chofer de Taiju. —Le dijo burlona.

Ambos vieron al chico ponerse frente a ambos autos. Para sorpresa del pelinegro, el chico tenía ropas bastante... para empezar no sabía si eso era una tanga o un hilo.

—Deja de verle el trasero, idiota. —Gruñó la peliblanca.

—L-Lo siento. —Dijo fijando su mirada en otra parte. —¿Quién es?

—¿No lo reconoces?

—¿Es alguien que conocemos?

—No, solo quería molestarte. —Se rió. —Es un chico que conocí hace poco, es gay, y le gusta usar ese tipo de ropas ya que piensa que de esa forma llamara la atención de los chicos.

—¿Y le funciona?

—¿Qué? ¿Quieres intentarlo?

—¡Suran!

—Era bromita.

Pronto el chico levantó una banderita, ambos conductores hicieron rugir sus motores y para cuando el chico bajó la bandera, los autos salieron hechos la mocha.

El pelinegro sólo atinó a rodearse con el cinturón de seguridad, aferrándose a la puerta y al sillón.

La peliblanca disfrutaba ir a toda velocidad, puso el cigarrillo una vez más en su boca y dio una gran calada para después botar el cigarro fuera del auto y tras unos segundos expulsar el humo.

Takemichi debía admitir que la chica tenía gran agilidad con el auto en sí, lo manejaba con facilidad que incluso podía verlo por la forma en la que tranquilamente tomaba el volante y la palanca de cambios.

Hasta de sólo ver sus pies se sorprendió que usaba unos tacones de plataforma, y sin así no fallaba en nada.

Estaba muy sorprendido.

—Chin, la migra. —Dijo la peliblanca viendo por el espejo retrovisor, detrás del otro auto los perseguía un auto policial.

Su celular comenzó a sonar así que se lo dio a Takemichi para que él pudiera contestar y poner en altavoz.

Weeey, nos persiguen los pitufos, ¿Qué se hace?

—Pierdelos y ya, ve por caminos distintos. —Dijo firmemente la peliblanca.

Camara, te veo en la meta.

—¿Quién era? —Preguntó curioso Takemichi.

—Yuzuha. —Sonrió Suran. —Nos hicimos muy amigas y luego Omi nos enseñó a manejar un auto de carreras, nos gustó tanto que seguimos en eso.

—Orale. —Dijo el pelinegro.

Ambos autos se fueron por caminos diferentes, Suran sabía por dónde ir, así que cuando la policía los encontró, optó por hacer como si fuera un auto estacionado.

Eso sorprendió aún más a Takemichi, ya que ella sólo derrapó un poco y logro meterse en un cajón de estacionamiento. La policía pasó por su lado sin darse cuenta.

Ya cuando no hubo peligro salieron y volvieron a la meta, quedando como ganadores pues Yuzuha había llegado minutos después.

—Ah, te odio tanto. —Dijo con una sonrisa la castaña.

—Es mutuo. —Rió Suran chocando los puños con Yuzuha.

—¡Hey, su dinero! —Exclamó el chico de la tanga. —Ya sabes cómo va Yu, lo siento.

—No te preocupes, se lo merece. —Sonrió palmeando la espalda de la más alta. (Por los tacones obvio)

El chico le dio una bolsa con un montón de dinero, y de esa forma pudieron irse ella y el pelinegro.

—¿Qué quieres saber?

—¿Qué fue de ti? ¿Después de lo de los Black Dragons?

—Ah esa pelea, ¿Cómo olvidarlo? —Rió sin gracia. —Kokonoi trató de buscarme después, sobre todo porque se unieron a la Toman, aunque luego Kisaki y Hanma se fueron con todos. Yo dejé de ser subcapitana de la sexta división para unirme a la división de Baji. Cómo te digo, Koko siguió buscándome pero yo ya no le hice caso.

»—Después... me encontré con Taiju, y nos hicimos amigos, ésto a escondidas de Yuzuha porque me cuelga. —Rió. —Uhm... No lo sé... Kisaki trato de matarme como unas ochorromil veces, pero hierba mala nunca muere.

—Me alegra que después de todo sigas siendo la misma. —Sonrió aliviado.

—Algo, uh, ahora tengo un gato, se llama Chosto. Y un perro llamado Fat Nuggets.

—¿No eras alérgica?

—Si, pero ninguno de los dos tiene pelo, Chosto es un gato Esfinge, y Fat Nuggets es un Terrier Americano sin pelo.

—¿Y tus hermanos? —Preguntó.

—Ah... Ellos... Ya no hablo con ellos, Sanzu se volvió... No lo sé, ya no es el mismo Sanzu, Senju se fue por su lado, y Takeomi... Él siguió a Shinichiro apenas despertó. —Bufó afligida. —Pero no importa, porque tengo a Yuzuha, a Taiju, y a Maicol.

—Espera, ¿Sabes en donde está Mikey?

—Si, ¿Tú no?

—¡Tienes que decirme!

—Oye tranquilo viejo, tengo estrictamente negado decirle de su ubicación a alguien, me podrían colgar si se enteran.

—Por favor dímelo.

—No te lo voy a decir. —Gruñó con indiferencia, haciendo temblar al pelinegro. —¿Qué más quieres saber? Sino para ir a dejarte en donde sea que te estés quedando.

—No, ya era todo. —Murmuró.

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora