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Los meses o años habían pasado, y de esa forma dimos inicio a nuestra pandilla. Ya saben, empezamos desde cero, hasta hacernos una pandilla fuerte y algo grande.

—¡Muere! —Exclamé divertida. —¡Muere, muere, muere!

—Suran, deja de ver a Bakugo, te hace mal. —Me dijo Mochi apagando el televisor.

—Ay, pero iba la mejor parte. —Hice puchero.

—Ya viste esa temporada como cinco veces, en el mes. —Regañó.

—Pero... —Hice puchero.

—Oh no señorita, sabes que no funciona conmigo. —Negó quitando el cable y poniendoselo en la cintura como cinturón.

Empujé mi mejilla con mi lengua, y me enderece cruzándome de brazos.

—Mochi, dale el cable. —Dijo Koko.

—No, eso ya es vicio, al rato va a fingir la personalidad como esos raritos.

—En serio, dale el cable. —Dijo Sanzu.

—¿Por qué?

—Hulk va a salir. —Dijo Sanzu poniéndose detrás de Mikey.

—Inhala, exhala. —Traté de bajar mi enojo.

—¡No te contengas y dale en su madre! —Exclamó Rindo burlón.

—Dame el cable, Mochi. —Pedí extendiendo mi brazo.

—B-Bueno. —Murmuró quitándose el cable de la cintura, y me lo dio.

—¡Yey, Sanzu ponlo porfis!

Él corrió, me quitó el cable, lo puso rápido y se fue de nuevo detrás de Mikey.

Puse BNHA de nuevo y seguí viendo a Bakugo.

—¿Qué tanto es lo que ha hecho cuando se enoja? —Preguntó Mikey curioso.

—Además de hacer su propia carrera de autos, ser perseguida por los pitufos y de estrellarse en un poste, árbol o edificio.... Pues pelearse con la gente a golpes, el más fetl, mandó a un tipo del tamaño de Mochi al hospital dejándolo inconsciente.

—¿A caso no sabes que si te escucho cara de ratón?

—Chin.

—¿No quieres ir a conquistar el mundo? —Preguntó Izana acercándose a mi.

—Ay... —Hice un puchero. —Así me decía Omi.

—¡Baboso! —Gruñó Sanzu dándole un sape. —¿Ya viste lo que haces?

Mikey me abrazó mientras yo comenzaba a llorar.

Después de que me fui de casa, trate de hablar con Takeomi, pero él se negó diciendo que les había dado la espalda justo como hizo Sanzu. Dijo que ya no quería saber nada de mi porque para él ninguno de los dos existía, y que solo tenía una hermana, y esa era Senju.

No saben la cantidad de veces que lloré a partir de ese día, y hasta la fecha luego me salgo al balcón para llorar en silencio. Sobre todo cuando está lloviendo, porque de esa forma puedo llorar a gusto y nadie lo notaría.

—Hey, ¿Qué fue lo que te dije la otra vez? —Mikey me sonrió.

—Que no importaba si no estaba con Omi, los tengo a ustedes.

—Exacto, nos tienes a nosotros y nosotros sí te ponemos atención, eres nuestra bebé en ésta gran asociación. —Dijo Rindo.

—Eso sonó a propuesta indecente. —Se burló Ran haciendo sonrojar a su hermano.

Me reí y Mikey me limpió las lágrimas.

—No importa lo que pase, todos estaremos contigo, ¿Va?

—Sip. —Asentí con una sonrisa.

Aún así, me seguía doliendo el hecho de que Takeomi haya dicho eso. Desde que nací y tengo uso de razón siempre había estado con él en todo momento.

—Hey, ya deja de llorar, te ves fea. —Dijo Koko acercándose y sentándose a mi lado. —¿Por qué no nos cuentas lo que hiciste cuando estuviste con Sanzu?

—¡Oh, cierto! ¡Probé mi primera droga!

Todos vieron a Sanzu cuál exorcista, y el pobre se andaba ahogando con su pastilla.

—¡Suran, chismosa! ¡Era un secreto!

—¿Que le diste qué? —Cuestionó Mikey.

—Ay, ella misma lo dijo alguna vez, una no es ninguna. —Dijo tratando de excusarse. —¡En mi defensa me hizo ojos de borrego!

—Eso no es excusa, le diste droga a la niña. —Gruñó Mochi.

—¿Qué fue lo que le diste? —Preguntó Koko.

—Ah este... Verán, fue éxtasis. Y puede que ella haya sido la que causó los disturbios con la pandilla Nous, y ahora estamos en problemitas.

Ellos me miraron y yo sonreí inocente.

—¿Qué hizo?

—Se metió con el líder, y tipo... no de la forma en pelea. —Dijo haciendo sus manos así:

👉🏻👈🏻

—Sanzu, habla de una maldita vez.

—Quizás le dio sus besotes al jefe, y luego el jefe la vio coqueteando con otro chico después, se molestó, quiso enfrentarla diciéndole zorra y ella se enojó, y lo golpeó hasta dejarlo inconsciente. Y ahora el subcomandante quiere venganza.

—Puta madre Sanzu. —Gruñó Mikey golpeando la pared.

—Soy la mera verga. —Reí.

—Suran, ve al rincón.

—¿Qué? Pero...-

—Al rincón.

—Aish, pues ni quería escucharlos. —Gruñí yendo a sentarme en el banquito en el rincón más alejado de ellos.

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora