W O M A N [Tokyo Revengers]

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—Yo no tengo nada que hablar contigo, pero órale, te escucho para que no te quedes con la ilusión de hablar conmigo. —Dije yendo a sentarme sobre una caja, pero no tenía nada y me fui de senton. —Ay mi trasero.

Takeomi se rió y vino hacia mi para levantarme.

—Suran, escuché todo lo que hablaste con Takemichi, lo siento.

—¿Qué?

—No creí que te sintieras de esa forma, pero... Aunque estaba emocionado porque Shinichiro despertó, no debí descuidarte.

—Me voy a quedar callada y escucharé tu versión de los hechos, es lo justo ya que me encerraron aquí contigo. —Me crucé de brazos

—Bueno, entonces escúchame. He estado tratando de contactarte por celular, pero al parecer cambiaste de número, intenté buscar tu dirección pero cada semana van cambiando de departamento. Traté de acercarme a ti pero siempre estabas con esos babosos. Suran, lamento lo que dije aquella vez, estaba molesto porque hayas elegido a Sanzu antes de que a mi, eres mi hermana, mi compinche, mi carnala, mi nalga derecha...-

—¡Ya entendí!

—La cosa es, que tú y yo siempre habíamos estado juntos, desde que naciste siempre estuve contigo porque eres como... no lo sé, suena cursi y sé que te vas a burlar, pero eres como mi alma gemela. Es doloroso estar sin ti, después de que me acostumbré a estar hasta en el baño contigo.

—No me recuerdes eso, aún puedo oler tus gases. Que asco. —Dije haciendo una mueca.

—Suran, eres mi hermana y es mi deber cuidarte, no me molesta en sí que fuera con Sanzu, me molesta que él no sabe ni cuidarse solo y quería cuidarte a ti. ¿Y como resultó? Comenzó a drogarte, te involucró en una pandilla, y no una pandilla cualquiera, hacen cosas ilegales Suran.

—La de las carreras ilegales soy yo, así que no le veo el problema.

—No voy a decir que está mal, porque sé que te gusta. Pero, por favor Suran, vuelve a casa, no importa si sigues con Kanto Manjikai, pero necesito a mi hermana en casa conmigo.

Takeomi siguió dándome razones del porque debía regresar a casa, pero todas terminaban en: “Conmigo” “a mi lado” “eres mi hermana”.

Incluso también escuché la parte en que él había regañado a Senju por decirme Suté frente a todos los de su pandilla, y a su vez dizque prohibiendoles mencionar esa palabra o él los golpearía.

También dijo que Senju ahora estaba más concentrada en Takemichi, y que se dio cuenta de que ella sólo lo utilizaba para no quedarse sola.

—Y vuelve el perro con la cola entre las patas. —Murmuré.

—¿Qué?

—Chin, ¿Lo dije o lo pensé? —Viré los ojos y me puse frente a él. —Te he escuchado hablar por una hora y cachito, y ninguno de tus argumentos me convence. Tampoco creo la parte en que hayas amenazado a sus subordinados porque entonces, ¿Cómo llegó ese estúpido apodo hasta oídos de los de Rokuhara Tandai?

—No lo sé, quizás hablaron con otras personas y por eso llegó a oídos de Rokuhara.

—Takeomi, si querías que volviera a tu lado, solo debiste disculparte, y en el único momento que lo hiciste fue por haber escuchado mi conversación con Takemichi. No necesitabas todo un sermón de horas para hacerme volver contigo, porque lo había estado pensando. Pero ahora, ya no quiero regresar contigo, ni con mamá, porque sólo me diste a entender que soy un puto peligro y tienes que controlarme, las cosas no funcionan así Takeomi.

—¡Suran, espera! —Exclamó Takemichi entrando.

—¿Qué demonios quieres, traidor?

—No sé que es lo que haya pasado para que ustedes terminaran así, pero no son los hermanos que llegué a conocer en algún momento.

—¿Quieren escuchar mi versión de los hechos? Es una versión más larga así que toma asiento.

Esta vez me aseguré que la caja estuviera llena y me senté sobre esta.

—Mi familia me dio la espalda, Takeomi se la pasaba con Shinichiro, Sanzu se había ido de la casa, Senju me ignoraba y mamá había conseguido un trabajo que la mantenía fuera de la casa. Cuando mamá o Takeomi estaban en casa y yo quería ir con ellos, siempre me decían: “Ahora no, Suran, estoy cansado”. Estuve meses, durante muchos meses esperando que alguno se desocupara, porque con Senju dejé de contar cuando me echó de la maldita habitación, cuando dijo que sería mejor que yo también me fuera.

»—Fue entonces que Sanzu volvió, por mi, no por ninguno de los otros bastardos, y me pidió ir con él. Yo acepte porque odiaba el maldito hecho de quedarme sola. Si eso no hubiera sucedido, entonces ni Takeomi, ni Mamá, ni Senju me darían la atención que ahora me ponen para que regrese a la casa. Estaba harta Takemichi, estaba hasta la madre de que mi posición nunca importara. Pero entonces me uní a Kanto Manjikai, y ahí me dieron la atención que merecía en verdad, me dieron un buen puesto como segundo lugar en la pandilla. Por eso, no regresaré con ellos, y ya déjame salir o te voy a partir tu madre.

Takemichi me dio las llaves del almacén y entonces salí.