—¡Blablablablabla!
Eso era todo lo que escuchaba por parte de mis padres, y de mis hermanos diciendo que era un peligro que hiciera esas cosas.
Pero yo solo andaba pensando en.... ¡Soy una pro! Si hubieran visto como salté y flote y luego caí, naaammbreee. Fue increíble la verdad, no me arrepiento de nada y volvería a hacerlo.
—...Castigada un mes. —Dijo mi padre y fue cuando reaccioné.
—Bueno, de todas formas ni salgo.
—Sin auto.
—¿Si no salgo como lo voy a agarrar?
—Sin televisión entonces.
—Omi la rompió la semana pasada.
—Sin celular.
—Me lo quitó Omi.
—Sin dinero.
—Tengo ahorrado.
—¡Sin oxígeno entonces!
—Ese me lo castigaste la semana pasada. —Dije dejando de respirar.
—¡A tu habitación!
—No tengo habitación.
—¡Senju, préstale tu habitación!
Y así fue como me fui a la habitación de Senju y me quedé ahí.
—Tengo una flor, que es pala ti, con mucho amor canto pala ti está canción... Esta canciooón. —Murmuré jugando con mis agujetas.
—Ch, mugrosa. —Vi a Takeomi asomar su cabezota, pero no cálculo bien al abrir la puerta y se chocó. —¡Puta madre!
—¡Castigado tu también!
—¡Ay pero me di un putazo!
—¡Castigado dos meses por grosero!
Me ando miando, pobre cosita fea, se pegó en toda la carota.
Takeomi me dio un sape y me tomó de la cintura cargándome en su hombro.
—¡Yey, veo tus pompotas!
—¡Deja de manosearme!
—Comparteme la mitad de tus pompis, y.... ¿A dónde vamos?
—A conquistar el mundo.
—Uhm.... ¿Iremos por helado?
—Ya no conquistaremos el mundo, sabes mucho.
—Lo sabía. —Me reí.
Mi relación con Takeomi era mucho mejor que con Sanzu y Senju, o sea, si me llevaba bien con ellos pero definitivamente era mejor estar con Takeomi.
—¿¡A dónde van zanganos?!
—¡Huye Omi! —Chille palmeando sus nachas.
—¡Vuelvan aquí! —Exclamó papá corriendo con una escoba en manos.
—¡Al auto, corre al auto!
—¡No hay llaves idiota!
—¡Entonces corre perra, correeeee!
Las olimpiadas se quedaban pendejas al lado de Takeomi, corría cual correcaminos, mejor que Forest Gump.
Cuando perdimos de vista a papá nos detuvimos a descansar. Takeomi me dejó en el suelo.
—Ay que cansado. —Dije fingiendo quitarme el sudor de la frente.
—¿Tú de que te cansaste? —Exclamó hiperventilando. —¡Yo fui el que corrió con una vaca encima!
—Me cansé de darte aliento, malagradecido. —Gruñí. —Caminale que para eso te pago.
—Callate mugrosa. —Gruñó deteniéndose en un semáforo, digo para pasar, ¿Saben?
—Dice mi mami que me agarres de la mano porque me pierdo.
—Me caes gorda. —Bufó tomando mi mano, cuando nos dieron el pase los dos caminamos hacia el otro lado de la calle.
—¿Qué vamos a hacer? ¿Algún día regresaremos a casa? ¿Viviremos bajo un puente?
—No seas burra, ahorita vemos que hacemos, nos vamos con Waka.
—Waka Waka eh eh, Samira Samira porque esto es África. —Canté moviendo mi cabeza de lado a lado.
—Cuidadito dices eso frente a ese tipo, te va a hacer calzón chino.
—Si es con él dejo que me pise y yo sería feliz.
Y volvió a sapearme.
—¡Deja de matarme las neuronas imbécil!
—¡Y tú deja de andar insinuandote con Waka!
—¿Celos? Los elotes no tienen maizzz. —Me burlé. —Además, Waka es mi amor prohibido, es inalcanzable. O sea si estoy idiota pero no Mensa.
—Uy sobre todo. —Viró los ojos.
—¿Y mi helado? —Hice un puchero viendo como nos alejabamos del puesto de helados.
—Agh, vamos pues. —Gruñó.
—Yey. —Chillé emocionada.
Cuando ambos llegamos al puesto de helados, yo pedí mi poderosísimo helado de café y nueces. (Si no les gusta ponganlo a su preferencia.)
El ambiente entre Takeomi y yo era incómodo, no soportaba el silencio.
—¡Una araña!
—¡Aaaahhhh! —Exclamó saltando hacia una banca del parque.
La gente comenzó a reírse de Takeomi, y yo obviamente incluida. Pobre, paso la vergüenza de su vida.
—¡Te voy a matar Suran! —Exclamó Bajando y echándose a correr detrás de mi.
—¡Era broma, era broma! —Chillé y entonces me choque con un cuerpo, algo fornido debía decir.
—¿Ah? —Cuando miré hacia arriba había un chico pelón, con peinado de moicano pero largo, ¿Entienden? ¿No? Bueno no me importa.
—Cuidado Kenchin, las chicas de ahora ya no tienen respeto. —Dijo el otro rubio.
—¡Suran! ¿¡En donde piñas te metiste!? Ah ahí estás. —Exclamó.
—Ay mamita, ¡Te juro que fue una bromita! ¡Es que sabes que no puedo tener mi bocota cerrada!
—¡Te voy a matar mugrosa! —Exclamó tratando de acercarse a mi pero el chico de nombre Kenchin lo detuvo.
—¿Qué es lo que sucede? —Cuestionó con mala cara.
—Esa mugrosa de ahí, me asustó y pasé la vergüenza de mi vida. —Señaló molesto.
Ambos rubios me miraron cuando intentaba huir, sonreí inocente haciendo el símbolo de la paz con mis deditos.
—¿Y por eso la quieres matar? —Cuestionó el más bajito.
—Es que gritó como niña. —Me burlé riéndome, pero se me salió el puerco que llevo dentro.
Los tres chicos no pudieron quedarse callados y comenzaron a reír.
—¡Ya, no se rían! ¡No es divertido! —Chillé colorada.
—Venganza. —Me dijo Takeomi y yo solo pude hacer puchero.
Recordé mi helado y se lo lancé, pero desafortunadamente tengo muy mala puntería y se lo lancé al rubio más bajito.
—Chin. —Dije.
—Chica, más te vale que corras. —Me dijo el del tatuaje.
—¡Perdoname la vida yo no quería hacer eso!
—¡Te voy a matar!
—¡Sí, matemosla! —Apoyó Takeomi.
—¡Traidor hijo de mi mamá!
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W O M A N [Tokyo Revengers]
FanfictionBy: @Moross_ «Las disculpas nunca arreglarán esto. Estoy vacía, lo sé, las promesas se rompen como una puntada. -Woman, Harry Styles. » Inicio: 16/Sep/2021. Final: 23/Sep/2021.