—¿Un...chico? —Miré al tipo frente a mi.
Alto, guapo, mamado, caga bombones seguramente.
—Si, eso le dijeron a mi mamá cuando nací. —Rió y les juro que escuche el canto de los ángeles. —¿Vas a levantarte o te cargo?
—¡Ah, yo puedo! —Chillé levantándome. —Tu... ¿Cómo te llamas?
—Oí Chifuyu, ¿Ya terminaste de coquetear?
—Oye Baji, cállate. —Dijo poniéndose colorado hasta las orejas.
—Señorita ya traje su orden, ¿En donde se va a sentar?
—Oh, por allá está bien. —Señalé sonriente.
—Bueno, entonces se lo dejo allá, con permisos. —Dijo pasando por en medio de ambos.
—Yo soy Chifuyu, pero eso ya lo escuchaste. ¿Y tú como te llamas? —Preguntó aún colorado.
—Me llamo Suran, es un gusto. —Dije ofreciéndole mi mano, y él iba a aceptarla pero el chico de cabello oscuro la tomo, dio un suave apretón y luego empujó mi brazo.
—Si y yo soy Baji, nos vamos Chifuyu. —Dijo tomando al más bajo del cuello de su sudadera y se lo llevó.
—A ti te quería encontrar mugrosa. —Takeomi iba entrando al local. —Dame tu celular, llaves, y todo, estás castigada jovenci... ¿Por qué estás sonriendo como estúpida?
—Conocí al amor de mi vida.
—Oh, sobre mi cadáver, tendrás novio hasta los dieciocho, antes no lo voy a permitir.
—Dije que lo conocí, no que íbamos a ser algo. —Gruñí bajando de mi nube. —¿Qué demonios quieres?
—Uy, que humorcito. —Me dijo caminando hacia donde era mi lugar, se puso frente a mi comida y se la empezó a tragar. —Uh, delicioso, felicitenme al chef.
—¡Imbécil mi comida! ¡Suelta! —Chille tratando de empujarlo pero desafortunadamente era más flacucha que él. —Aish, vas a tener que comprarme comida.
—No, es mi venganza Spanky.
—Me caes gordo. —Puchereé cruzándome de brazos.
—¿De dónde sacaste el auto? —Preguntó tomando uno de los chilaquiles con su mugroso dedo y se lo comió, se chupó los dedos y luego uso una servilleta. Mínimo.
—Fue una apuesta. —Le dije y él asintió.
No es por presumir, pero ya me vi Kakegurui, y soy experta para las apuestas. Ah se crean, ya quisiera, la cosa es que el imbécil estaba ebrio pero un poco en sus sentidos, hicimos la apuesta y gané, eso porque aseguraba que Senju era hombre, y nop, gané. No era una apuesta tan tan taaan grande, pero me quedé con el auto eso es lo importante.
—¿Y entonces... te gusta ese chico?
—No, solo me pareció lindo, tampoco es como que vaya a verlo, ¿Sabes? ¡No seas codo y dame! —Chillé cuando iba a agarrar chilaquiles pero él me dio un manotazo.
—Comprate los tuyos.
—Jum, pues al fin y al cabo los vas a tener que pagar tu, porque no los he pagado. —Me reí. (De que: Jijiji, ustedes saben.)
—Mocosa, te voy a dar tus pataditas. —Gruñó.
—Intentalo anciano. —Me burlé mostrándole mi lengua.
—Ahorita que termine de comer, vas a ver qué te voy a hacer.
—Nel, aunque quisieras no puedes. Me quieres mucho como para ponerme un dedo encima, ¿Verdad que si hermanito?
Escuché como devoraba furioso sus chilaquiles, los escuchaba crujir y casi podía asegurar que exclamaban desesperados por no ser comidos por Takeomi.
Descansen en paz.
—Algun día, mugrosa, algún día. —Dijo y siguió comiendo.
Aún tenía hambre, así que me pedí un licuado de mamey, pero cuando llegó Takeomi lo tomo y se lo bebió todito.
Cuando dejó el vaso vacío frente a mi, me dio una sonrisa inocente y siguió tragando, masticando cuál vaca.
—Te odio maldito.
—Yo también te quiero. —Dijo mientras masticaba.
—Eres un asco. —Gruñí lanzandole el popote del licuado. —Me largo, si me quedo soy capaz de cometer un homicidio.
—Cotorrea hermanitaaa. —Dijo burlón.
Salí del local, me aseguré que mis cosas estuvieran en su lugar y fui hacia mi auto, subí y me dirigí a otro lugar.
Pero conociendo a Takeomi, dejó los chilaquiles a medio comer y se vino corriendo. Y estaba en lo cierto, porque su moto venía a toda velocidad detrás de mi.
—Vamos a jugar hermanito. —Sonreí colocandome el cinturón de seguridad.
Comencé a acelerar metiendome en calles no muy transitadas en donde nadie podría decirnos nada por comenzar una carrera.
Trate de perderlo riéndome como desquiciada, pero siempre lograba encontrarme. Decidí hacer algo, era riesgoso pero yo obviamente sobreviviría.
El auto quien sabe.
Era una calle que los autos no pasaban, pero abajo si había calle, así que... Hola Dios, soy yo de nuevo.
Aceleré y cuando estuve en el aire, apagué el auto.
—¡Suran!
El auto cayó sano y salvo, y yo pude seguir mi camino riéndome del grito de mi hermanito.
La vida es un riesgo carnal.
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W O M A N [Tokyo Revengers]
FanfictionBy: @Moross_ «Las disculpas nunca arreglarán esto. Estoy vacía, lo sé, las promesas se rompen como una puntada. -Woman, Harry Styles. » Inicio: 16/Sep/2021. Final: 23/Sep/2021.