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Miraba detenidamente a Kenchin, desde su cabello extraño rubio, lo poquito que se llegaba a ver de su tatuaje, sus cejas, ojos, nariz, labios, barbilla.

—Estas bien feo carnal. —Le dije y los dos babosos que nos acompañaban se empezaron a reír.

—¿¡Ah!? Y tú estarás muy linda.

—Ay gracias, lo sé, soy hermosa.

—Y egocéntrica.

—Pero admites que soy hermosa. —Levanté y bajé mis cejas rápidamente.

Kenchin se puso rojorojorojo hasta las orejas.

—Ponte a colorear mejor. —Gruñó dándome un cuaderno y crayolas.

—¡Yey, crayolas! —Exclamé abriendo el cuaderno.

—¿Por qué tienes un libro de colorear y crayolas? —Cuestionó Baji divertido.

—A Mikey le gusta cuando está estresado. —Dijo bebiendo un refresco. 

—¡No rayes a mi tigre! —Chilló Mikey cuando vió que iba a colorear al tigre.

—Aish, bueno. —Bufé y me pasé a la otra hoja donde estaba un elefante. —Miraaa me toca un efelante.

—¿Efelante? ¿Qué es eso?

—No te hagas el burro porque bien que sabes a qué me refiero.

Mikey rió y se acercó a mi tomando una crayola para colorear al tigre.

—¿Y si sabes colorear o nada más dices? —Pregunté mirando como se salía de la rayita.

—Si sepo. —Me dijo concentrado, sacando su lengua.

—Son unos niños chiquitos. —Escuché decir a Baji.

—¿En serio tienen quince años? —Rió Kenchin.

—¿Si saben que los escuchamos? —Cuestionó Mikey. —Aish, ya me equivoqué. Suran, ¿Me pasas el borrador por fi?

—Toma. —Dije pasándoselo y continuando con mi dibujo. —¡Acabé!

—¿Por qué tu... Efelante es morado? —Preguntó Baji.

—Es que es el efelante de Winnie Pooh, se llama Lumpy. —Sonreí.

—Te quedó muy lindo. —Rió tiernamente Kenchin.

—Obvio, lo hice yo.

—Y ya valió queso.

Maicol, nos vamos. —Le dije golpeando el brazo de Mikey.

—¿Quién demonios es Michael?

—Tú, vámonos.

—¿A dónde vamos?

—Al infinito y más allá. Ah te creas, vamos a desnucar viejitas.

—Ah bueno. —Se encogió de hombros riéndose.

°°°

—¡Kenchin mírala, me está poniendo el pie! —Se quejó Mikey.

—Pinche chismoso, ¡No le creas Kenchin, él se atravesó con mi pie!

—¡No le digas Kenchin a Kenchin!

—¡No me digas que no le diga Kenchin a Kenchin!

—Ay ya ya ya. —Exclamó Baji.

W O M A N  [Tokyo Revengers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora