2.

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Capítulo 2.

El sol desaparece y cae la noche. El salón se vuelve oscuro, un oscuro tenue gracias a las farolas que iluminan a través de los ventanales que dan hacia el campus.
No he vuelto abrir la boca desde que él me dijo que no podía marcharme hasta mañana. Todo esto es una locura, mis padres deben estar pensando lo peor.
De vez en cuando se pueden escuchar gritos y disparos. Los militares cuentan con mejor armamento y protección, es solo cuestión de tiempo para que nos encuentren.

En ningún momento me observa, no soy una amenaza para él, solo está pendiente de asegurarse que cualquiera que aparezca en su campo de visión sea alguien que pueda sacar del camino. El arma que tenía en el bolsillo trasero de su pantalón ahora está en su mano, con el dedo en el gatillo, preparado para defenderse.
Por cada disparo que escuchamos, él maldice.

-Debemos salir de aquí. -Mis palabras son apenas un murmullo cuando le hablo. -Los militares vendrán y nos matarán sin habernos preguntado siquiera el nombre.

Por varios segundos está reacio a prestarme atención, pero al final lo hace. El gira su rostro hacia mi y nos quedamos mirando.

-No pasará si los mato primero. -Su voz esta cargada de ira y sobre todo seguridad. Sé inmediatamente que lo haría sin dudar.

Me pregunto si mi tío Francis también era así, debió ser así en realidad. Esto me hace recordar que él sabe quien soy.

-¿Como sabe que Longford es mi tío? -Le pregunto.

Él desvía la vista y se que nuestra conversación a terminado. Suspiro mientras me apoyo en la pared y me dejo caer lentamente al suelo. Sostengo con fuerza mi morral sabiendo que será una noche larga. Lo único que puedo pensar es en papá y mamá, mis pensamientos solo están con ellos en este momento.
Los minutos transcurren y el frío comienza hacerse presente, a pesar de ser primavera las aulas están hechas de concreto las cuales las mantienen a una baja temperatura todo el año.

El reloj de pared marcan las once de la noche en el momento exacto que ambos escuchamos risas que provienen del pasillo principal. Lo observo ponerse alerta mientras sostiene el revolver con fuerza, pero algo en él lo hace relajarse y lo escucho reír suavemente mientras abre la puerta.

-¡Soy James! -Lo escucho gritar.

James.

-¡Aquí estas hijo de perra! -La voz es de otro hombre. -Creímos que te habían matado.

-¿Dónde carajos estaban? -Pregunta mi secuestrador. -¡¿Y qué demonios tienen allí?!

Escucho varias carcajadas acompañadas de quejidos. No me había sentido aterrada en todo el tiempo que estuve con ese hombre aquí, pero ahora soy un manojo de nervios.
Veo a mi secuestrador llamado James entrar nuevamente en el salón y detrás de él, entran 3 hombres más, todos con pasamontañas, todos armados.
El cuarto y último hombre que entra arrastra a un hombre, es un militar británico.

-Aquí no. -Le pide James y sus ojos viajan hasta mi. Cuatro pares de ojos siguen el trayecto de su mirada y se percatan de mi presencia.

-¿Pero que demonios? -Habla el mismo hombre que creía que James estaba muerto. En un acto rápido lo veo apuntarme con el arma, él dispara en mi dirección pero ninguna bala me toca gracias a que mi propio secuestrador empuja su mano lejos, los disparos se van directamente a los estantes.

Mis gritos hacen eco en todas partes mientras me cubro con los brazos, quizás creyendo que eso podría salvarme.

-¡Joder, Joder ¿Que mierda haces?! -Grita James. -¡Es la sobrina de Francis Longford hijo de perra!

SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora