SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀

43.

Capítulo 43.

Estoy terminando de ponerme mis zapatillas cuando Niall aparece desde el baño. Me encanta su aspecto, me encanta su cabello húmedo por nuestra reciente ducha y me encanta como va vestido. Está utilizando un jeans negro, una camiseta del mismo color, y una chaqueta bomber verde musgo. Esto acompañado de unas botas de cuero de caña alta. Dios, me encanta demasiado. Y todavía me encuentro suspirando por la manera en que hicimos el amor.

Sus ojos caen en mí, y luego en mi ropa. Sé que vamos vestidos completamente diferentes. Mientras él utiliza colores oscuros, los míos son claros y llamativos.
Llevo una falda de mezclilla muy por encima de las rodillas, una camiseta amarilla con el estampado de la banda Queen y una chaqueta rompevientos multicolor.

—¿Me veo mal? —Pregunto cuando sus ojos no dejan de mirarme. Niall sonríe.

—Nunca, estás preciosa.

—¿Estás seguro? Tus ojos no dicen eso.

Se ríe.

—¿Qué dicen mis ojos según tú?

—Que me veo muy llamativa y que mi color de cabello no  me ayuda a pasar desapercibida.

Él camina hacia mí y se sienta a mi lado.

—Creo que necesitas anteojos, porque no es lo que mis ojos están diciendo de ti. Te ves preciosa, llamativa pero preciosa —Se ríe.

—¡Lo sabía!

—Isabella, tú llamas la atención donde sea que vayas, con prendas llamativas o no —Dice —Y lo haces porque eres preciosa.

—Gracias, eres el mejor  —Susurro acercándome y dejando un beso en su mejilla —Tú estás precioso.

—Si tú lo dices.

—Sabes que es verdad.

—Bueno ¿Lista para marcharnos?

—Muy lista —Me pongo en pie y tomo mi cámara polaroid que cuelgo de mi cuello —Ahora sí, soy una turista.

—¿De verdad la llevarás?

—Sip. Te tomaré muchas fotografías.

—¿Y si no quiero? —Se levanta y camina hacia mí.

—Querrás.

Él alza una ceja, casi desafiándome.

—¿Desde cuando me das ordenes, Isabella Relish? —Sus brazos atrapan mi cintura y me adhiere a él. Sonrío.

—Desde hace mucho, es solo que no te has dado cuenta.

—¿Así?

—Ajá —Susurro y lo beso suavemente. El brillo labial que me he puesto lo manchan y sonrío.

—Uhmmm —Murmura mirándome y al final sonríe —Siéntete afortunada entonces.

—Gracias señor, y ahora suélteme para irnos.

No lo hace, se acerca y me besa lenta y suavemente, casi con pereza. Se siente tan bien que envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y vale decir que hay mucho más entusiasmo de mi parte. Tanto así, que sonríe sobre mi boca al notar la necesidad que siento por él.

—Bien, deberíamos irnos —Dice e intenta alejarse de mí, pero mis brazos continúan aferrados a su cuello.

—¿Y si ya no quiero salir?

Se ríe.

—No hemos venido desde Belfast para estar todo el tiempo en una habitación de hotel ¿o sí?