11.

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Capítulo 11.

Niall.

Una semana es demasiado tiempo. Podría volver a llamar y esperar que sea ella quien conteste el teléfono. Podría ir, escabullirme en el hueco que existe en aquella pared de cemento y colarme por su ventana. Podría hacer eso y muchas cosas más.
Sin embargo estoy aquí, mirando como los primeros rayos de luz se filtran a través de las persianas. No puedo ir, haría todo más difícil.
Esto es culpa mía. Debí alejarme el primer día en que la vi, debí haber sido peor, mucho peor. Ella no estaría obligada a permanecer como una prisionera en su propio hogar. Su padre no habría llamado al mío para decir que las clases que yo impartía se habían acabado, al menos por un tiempo. Y mi padre no estaría jodidamente molesto conmigo por haber saltado la regla principal.

Ella no es para ti.

Él tiene razón. Un alma bondadosa, pura, llena de empatía, de amabilidad y todo lo que podría significar algo bueno no puede estar cerca de un alma que sólo piensa en destrucción, matar y mucha venganza.
Somos como el agua y el aceite. Podemos estar en el mismo lugar, intentar estar juntos, pero siempre volveremos al comienzo, ella en su lugar y yo en otro.
No puedo cambiar mi forma de pensar, mi forma de ver la vida y lo que nos rodea. Ella tampoco cambiaría, no importa que lo entienda, sus principios siempre serán más sólidos.

Quizás fue un error haberle dicho que me gustaba. ¿Pero que más podría haber dicho en ese momento? Que sea un error, no significa que no sea verdad, que no sea real. Y ese es el problema.
Chiquilla estúpida ¿Porqué complicó todo? ¿Porqué se metió dentro de mi cabeza? ¿Y porqué no hice nada para evitarlo? Esos malditos ojos verdes me cautivaron, me atraparon y ahora estoy jodido.
Nadie me tiene cautivo, pero me siento como un animal enjaulado y salvaje. Temo salir de aquí y mostrarle quién soy, de decirle que no me llame nunca más James. Pero al parecer un hombre sin rostro es mucho más interesante que un tutor de medicina. Un aburrido doctor vestido elegante de los pies a la cabeza.

Quiere a James, quiere su arrogancia, su frialdad y posesión. Isabella quiere todo lo que ella no es y aunque parezca bastante estúpido me siento celoso. Ridículamente celoso de mi mismo. Preguntándome si lo que existe bajo el pasamontañas es tan interesante como lo que ella conoce en la oscuridad.
Nuestros encuentros de tutor a estudiante no fueron más que miradas tontas y divertidas. Ella nunca me miró de la forma en que lo hace cuando mi rostro está escondido bajo una estúpida capucha. Siempre estaba en otra dimensión, jugando con un lápiz mientras sus pequeñas sonrisas se asomaban en la comisura de sus labios.

Sonrisas que me pertenecían, sonrisas y pensamientos que eran exclusivos para mí. Suspiros constantes para mí, todo era para mí, pero al mismo tiempo no. Estando allí, a su lado me pregunté incluso si el chico que tenía enfrente era atractivo a sus ojos. ¿Que pasará cuando me vea? ¿Qué pasaría realmente? ¿Estaría decepcionada? ¿Molesta por haberla engañado? La última pregunta me cala hasta lo más profundo de mis huesos.

El teléfono suena en el primer piso y es contestado inmediatamente. Mi padre debe estar levantado y no me sorprende, no es la primera vez que sale del hospital magullado y aún así decide seguir con sus actividades diarias.
Perezosamente me levanto. Camino por mi habitación, mi real habitación. El otro cuarto donde metí a Isabella es uno de invitados, siempre está vacío, nunca vienen a visitarnos.
Y es mejor así, desde que murió mamá nos hemos vuelto solitarios, alejamos a la gente.

Deslizo mis dedos por la fotografía que yace en el centro de mi repisa. Ella está mirándome con esos ojos azules tan únicos que poseía, y su sonrisa alegra mis mañanas a pesar de que jamás volveré a verla. La serenidad momentánea que siente mi corazón se transforma en ira y deseos de venganza.
Le prometo una vez más que encontraré aquellos que dieron la orden de detonar aquel explosivo. aún sabiendo que habían civiles. Los encontraré y los mataré, no aliviará el dolor, jamás sanará, pero es una promesa que le hice cuando esparcimos sus cenizas en el mar.

SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora