12.

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Capítulo 12.

No puedo enfadarme con él, me repito. No tenemos nada serio como para que se vea en la obligación de venir a verme. Es peligroso, no solo por las calles atestadas de militares, aquí en casa también lo es, ya que mis padres están constantemente vigilando mis movimientos.
Y las noches...sí, las noches son terribles con el toque de queda. No puedo enfadarme con él.
Además, James es una persona muy ocupada. Vive por el IRA, así que debe estar con ellos creando planes de ataque, bombas o cualquier cosa que sea destrucción. Así que...

No puedo enfadarme con él, no puedo enfadarme con él... Maldita sea.

-¿Entonces porqué me duele tanto? —Murmuro mirando por la ventana, con la tonta esperanza de que él aparezca.

Después de mi última salida donde puse mi vida en peligro, mis padres decidieron enviarme al Reino Unido. Cuando los escuché, exploté en llanto y súplicas, prometí que no volvería a salir, que no iría a salvar vidas en las marchas y que sería una buena hija.
No lo hice por mi, no lo hice porque la idea de irme con los abuelos sea una pésima opción, lo hice por él. Lo hice creyendo que aparecería por aquí, pero no lo hizo.
Y aunque intento no estar molesta, y aunque intento repetir en mi cabeza todas las razones por las cuales él no tiene motivos para venir... Me duele. Y sí, estoy enfadada.

Mierda, si estoy molesta y herida.

Cierro la ventana y vuelvo a mi escritorio. Niall dejó muchas guías para mí, demasiadas. No sé si es por los 2 días en que papá no dejó que él viniera a darme clases o si es porque estuvo demasiado despistado el día de hoy. Ojalá tuviera su número, podría llamarlo y decirle que son demasiadas guías, demasiados trabajos escritos.
Quizás mañana hable con mi padre y le explique, así no tendrá excusas para no darme el número de teléfono.
Espero que realmente sea porque estuvo despistado. Demasiado despistado, nunca lo había visto así.

Niall estaba triste y sentí la enorme necesidad de darle un abrazo. Si no fuera tan tímida lo hubiera hecho, le habría dicho que cualquier situación por la cuál está pasando puede contar conmigo, pero no lo hice. No dije nada.
Suspiro sentándome frente al escritorio. Observo su libro de ensayo y sonrío al ver su linda letra cursiva.
Sí mañana logro obtener su número, lo invitaré a venir, no por motivos académicos. Quizás para ver una película, para beber algunas cervezas o simplemente para pasar una tarde agradable.

Si estaré en casa hasta el último día de mi vida, al menos quisiera tener un amigo. La idea de verlo aquí divirtiéndose conmigo me emociona, me encantaría poder invitar a las chicas también, pero sé que ninguna vendría. Jamás se acercarían a un blanco directo para el IRA.
Solo Niall y... James vienen aquí.

James venía aquí.

La tristeza vuelve a florecer en mi interior. Tenía intenciones de avanzar con algunas guías, pero mi ánimo decae y decido que es mejor irme a la cama, de todas formas ya es tarde.
Mis padres están en su habitación, lo más probable es que ya estén durmiendo.
Dejo las guías en el cajón y apago la luz.
Mis sábanas están fresquitas y me acurruco contra ellas, espero esta noche dormir temprano.

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Como cada noche el viento y las ramas del árbol que está justo en mi ventana, golpea causando un ruido molesto. Aferro la almohada con fuerza, ejerciendo presión entre el colchón y esta. Pero el ruido no se va.
El reloj digital que papá me regaló para mi cumpleaños marcan las dos de la madrugada. Después de todo, si logré quedarme dormida, pero el bendito ruido acaba de desvelarme.

SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora