42.

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Capítulo 42.

Le prometí a mis padres llamarlos cuando llegáramos a Dublin. Así que apenas cruzamos el umbral de la puerta del hotel y nos registramos, pido el teléfono y llamo a casa.
Mamá contesta del otro lado y escucharme la hace feliz, brevemente le explico que hemos llegado sanos y salvos y que he cumplido mi promesa de llamar. Ella ríe y luego nos despedimos, con cierta tristeza de su parte al saber que estoy lejos de casa.

—¿Todo bien? —Me pregunta Niall cuando me acerco a él.

—Sí, mamá me pidió decirte que por favor me cuides mucho —Sonrío —Y que no olvidemos que las calles son peligrosas durante la noche.

—Por supuesto que voy a cuidarte —Acercándose deja un beso en mi frente —Y no tendremos salidas nocturnas.

—¿No?

—No. Ella tiene razón, es peligroso.

—Pero creí que saldríamos a bailar —Bromeo, sé perfectamente que él no baila.

Niall sonríe y acercándose a mi oído, susurra:

—Prefiero bailar contigo en la cama.

—Descarado.

Le doy un empujón con mi codo y riendo toma mi mano para guiarme hacia el ascensor. Cuando llegamos a nuestro piso buscamos el número de nuestra habitación y tras algunos minutos de desorientación, la encontramos.

—Las damas primero.

—Gracias señor.

Entro en el lugar maravillándome rápidamente. Si bien no es una habitación de lujo, para mí es perfecta. Dejo mis pertenencias en la alfombra y avanzo hacia el interior, donde me encuentro inmediatamente con una cama matrimonial, de almohadones, sábanas y edredón en tonalidades beige. A ambos lados hay veladores con lámparas de similares colores, al igual que las paredes y las largas cortinas que cubren el ventanal.

—¿Te gusta? —Me pregunta, parándose detrás de mí, muy cerca de mí.

—Es una habitación muy bonita —Sus manos se deslizan por mis caderas y me abraza, aferrándome a él mientras apoya su mentón en mi hombro.

—Creí que te gustaría.

—¿Ya la conocías? —Me giro bruscamente y lo observo, él está sonriendo —¿Has traído a otras mujeres?

—He venido muchas veces a Dublin, Isabella. Y en esos viajes, me he quedado en este hotel.

—No has respondido mi última pregunta —Me cruzo de brazos, para darle énfasis a mi repentino ataque de celos.

Su sonrisa se ensancha.

—No, no he traído a ninguna mujer a este hotel ni a ningún otro. Y tampoco he viajado desde Belfast a Dublin con una. Solo tú.

—¿Estás seguro? —Entrecierro los ojos —Porque si es así, me iré inmediatamente, no me quedaré en una habitación donde hayas traído a otra —Alzo el mentón con mucha dignidad y cierta diversión.

Lo que para otros hombres sería una tontería que sí los haría irritar, para Niall es todo lo contrario. Se ríe de mí. A carcajadas.

—Isabella, te ves adorable cuando te enfadas y estás celosa —Musita acercándose —Y justo ahora, voy a mostrarte lo mucho que me gusta cuando te pones así.

No me da tiempo a responder, sus brazos se cierran alrededor de mi cintura y sin ningún tipo de fuerza por su parte me empuja sobre la cama. Él cae sobre mí y ambos nos reímos, pero cuando sus manos toman mis muñecas y las sitúa sobre mi cabeza, dejo de respirar.
Me observa por breves instantes, con esos ojos tan azules que posee y luego me besa. No es suave, no es romántico, es un beso que está lleno de pasión y me obliga abrir la boca para recibir su lengua impaciente.

SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora