13.

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Capítulo 13.

Niall.

Despierto sintiendo un cuerpo adherido a mi espalda, envolviéndome la cintura por debajo de la camiseta con sus suaves y delgados dedos.
El sol ya comienza a filtrarse por las persianas y esto significa solo una cosa; debo irme.
Sin embargo vuelvo a cerrar los ojos disfrutando un poco más de este tiempo con Isabella.
No puedo recordar cuando fue la última vez que dormí tan bien, sintiéndome cálido bajo el edredón.
Quisiera quedarme aquí, quisiera verla despertar, quisiera sentarme a tomar el desayuno y después volver acurrucarme a su lado, como suelen hacerlo las personas normales.

Lamentablemente, no puede ser posible. No puede conocerme aún, y tengo un largo día por delante.
En cualquiera de los casos, no puede suceder. No puede suceder aún, Niall.
Suspiro profundamente antes de animarme a poner un pie fuera de su cama. Ella se aferra a mi cuerpo, pero logro zafar sus dedos con facilidad.
Lo primero que hago es deslizar el pasamontañas por mi cabeza.
Lo detesto, el calor es insoportable. Mis Jeans gastados yacen en la alfombra y no puedo evitar sonreír, ya que nunca existió lodo, nunca estuvieron sucios, solo quería acostarme con ella.

Mientras los deslizo por mis piernas la observo. Sobre su cabeza tiene una maraña de cabello, es un caos... Un bonito caos.
Sus dulces y rosados labios están entre abiertos mientras respira con calma. El deseo de morderlos es abrumador.
Joder, debo irme antes que ella despierte, así que apresuro mis movimientos.
Sobre el mesón de estudio veo un montón de guías y lápices. Podría dejarle una nota.

Acercándome tomo el bolígrafo y escribo en la parte inversa del papel, es una de las guías que he dejado para ella. Sonrío al imaginar su rostro, enfadada quizás por haber utilizado justamente uno de sus trabajos escritos.
Girando mi cuerpo, la observo. La tentación cruza mi mente una vez más pero esfumo la idea rápidamente y me apresuro a salir por la ventana.
No es hasta cuando estoy fuera del área y en un lugar seguro que me quito el pasamontañas. Andar por las calles con el es un riesgo, podría ser arrestado y encarcelado.

El Volkswagen está aún donde lo dejé, así que apresuro mis pasos y me meto dentro. Las calles están vacías, lo que me permite acelerar el viejo y oxidado motor. Solo por precaución, dejo mi licencia e identificación de Médico egresado sobre la guantera. A pesar de no estar ejerciendo, es mi salvoconducto.
A la distancia puedo ver a los militares británicos comenzar su cambio de turno, están todos reunidos allí. Otra tentación cruza mi mente, pero no llevo conmigo ningún explosivo como para llevar a cabo mis sangrientos pensamientos.
Sé que si Frank estuviera aquí, ya estaría sacando su AK47, es un hijo de perra sin raciocinio.

Hubo una época en que también lo fui, sobre todo después de la muerte de mi madre. Estuve perdido por mucho tiempo, aún lo estoy, pero en ese tiempo era irreconocible.
Desenfundaba mi arma contra todo aquel que vistiera el uniforme militar británico.
La ira y el dolor recorría cada partícula de mi cuerpo, era un ser irracional, no podía pensar con claridad, quería solo descargar mis frustraciones. Mis manos están manchadas con sangre, lo estarán hasta el último día de mi vida, y no sé si Isabella esté dispuesta a estar con un asesino.
Un asesino que no se arrepiente de sus actos.

Después de algunos minutos, aparco afuera de casa. Tener que enfrentarme con mi padre y darle las malas noticias me desanima, pero debo hacerlo, no tengo más opciones.
Él está esperándome en el salón, no hace falta preguntarme dónde pasé la noche, él lo sabe.

-La casa está limpia. —Le hago saber de inmediato. —Solo existe una caja fuerte en la habitación de Relish. Volveré otro día, quizás acompañado.

SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora