24.

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Capítulo 24.

Jueves.

Sus labios se deslizan por la base de mi cuello mientras los espasmos de placer continúan haciéndome temblar bajo su cuerpo.
Es la tercera vez que hacemos el amor esta noche, en mi cama. Mi reloj digital marcan las 4:36 de la madrugada y hemos intentado causar el menor ruido posible, pero unos cuantos gemidos se me han escapado.

-Definitivamente lo tuyo, no es ser discreta —Susurra sobre mi boca y luego me besa suavemente.

-Si no fueras tan espectacular, no lo haría.

Él se ríe.

-Gracias, me siento halagado —Sonrío acariciando su cabello —Debo irme pronto.

-No.

-Caleb vendrá por mí.

-No —Repito abrazando su cuello con fuerza —Solo una hora más, por favor.

-Isabella, estaré bien —Dice besándome las mejillas —Volveré.

-Niall... Llévame contigo.

-Jamás te llevaría, debes quedarte aquí —Insiste —Además, Lenay vendrá a quedarse contigo, te hará compañía durante esos días.

-Pero yo quiero tu compañía, no la de ella —Insisto yo también —Por favor, llévame.

-No, preciosa. Te quiero demasiado como para llevarte a un lugar tan peligroso.

Dios mío, que horror.

-Peligroso... —Susurro sintiendo como se forma el nudo en mi garganta.

-Peligroso para ti, no para mí. Ya habíamos hablado de esto —Me recuerda.

-Lo sé.

-Entonces no insistas. Caleb vendrá por mí dentro de media hora, eso habíamos acordado —Dice poniéndose en pie —Olvidé donde está la papeleta.

-Al lado de mi escritorio, puedes encender la luz —Susurro llena de tristeza.

-No, así está bien —Murmura —Pienso que deberías tirar todo esto sin que tu madre se de cuenta. No creo que querrás darle una explicación del porqué hay varios condones usados aquí.

-Está bien.

Pienso que, comenzará a vestirse pero él vuelve a meterse dentro de la cama conmigo. Arrastrando mi cuerpo con tanta facilidad, me acuesta sobre él. Sonrío.

-20 minutos más —Susurra besándome.

-Gracias —Apoyo mi mejilla en su pecho para escuchar los latidos de su corazón —Estaré pensando todo el tiempo en ti.

-Yo también —Responde deslizando sus manos por mi espalda y mis costillas, me remuevo —¿Cosquillas? —Pregunta.

-Sí —Ambos reímos.

-¿Y aquí? —Susurra guiando sus manos más abajo, por la curva de mi trasero.

-No, allí no.

-Bien —Dice dándome un apretón juguetón.

-Oye... —

-Isabella, mi motor está exhausto no creo que pueda una cuarta vez —Dice.

-Pesado, es otra cosa. Pero ahora pensándolo bien, creí que tenías más resistencia —Bromeo.

-¿Disculpa? Es fácil decirlo cuando estás abajo y solo disfrutando —Se ríe —No es una queja, no me malinterpretes, me encanta ver como tu cuerpo se vuelve loco.

SI FUÉRAMOS LIBRES - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora