13- Alfombra Roja

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¿Quien es esa chica castaña, alta, con ojos azules, modelo, preciosa, irresistiblemente guapa, que lleva ese vestido color vino largo de seda con espalda descubierta y unos tacones deslumbrantes?

A esperen, soy yo.

Bajé las escaleras y me encontré con mi padre que esperaba de brazos cruzados y con expresión de aburrimiento absoluto, Liam venía de la cocina con su lindo traje y una galleta en la mano. Yo di una vuelta mostrando mi atuendo, mi lindo hermano aplaudió, papá solo sonrió falsamente.

—¿Que tal me veo?— pregunté emocionada.

—Preciosa— dijo Liam.

—Deslumbrante— dijo Bruno mientras seguía viendo televisión, ni siquiera me ha visto, pero agradezco el elogio.

—Ñe.— dijo papá.

Yo fulminé a papá, él mantuvo su expresión desinteresada.

—¿Que? ¿Quieres que mienta?— preguntó— Oh hija querida, te ves muy bien, para nada como una carnada para que los hombre se lancen a mirarte como si fueras un filete— dramatizó.

—¿Entonces tendría que ir mal vestida para que los hombres no me vean? Por favor eso va en su educación no en mi vestuario.

—Pues dile eso a ellos— dijo obvio— Claramente no lo entienden, dah.

—¿Enserio no opinarás nada?

—Te ves bien niña, ya no molestes.

—Más te vale.

Sentí los tacones resonar por la escalera, mamá haciendo su entrada triunfal. Se ve preciosa con su vestido azul, es largo y tiene mangas que caen por sus hombros, su cabello está atado en una perfecta coleta alta y su maquillaje impecable. Alguien está babeando.

—Liam trae servilletas para limpiarle la baba a ese hombre— señalé a papá. Todos excepto él comenzamos a reír.

—Oh Charlotte, que precioso maquillaje, parece hecho por un profesional, está perfecto ¿Quien lo hizo?— dijo mi madre con una sonrisa.

—Tu lo hiciste.

—Claro que si— afirmó felizmente.

Bruno no quiso venir con nosotros así que nos fuimos. El lugar estaba repleto de reporteros y fotógrafos, la alfombra roja era larga, cuando llegamos arreglé mi vestido con la ayuda de Liam, tomé su mano y lo guié a través de todas esas personas esperando a pasar. Nosotros vamos primero, sólo que llegamos un poco tarde. Mamá y papá se adelantaron a nosotros, posaban juntos para las fotos, siempre recuerdo cuando mamá me contaba lo mucho que le había costado que papá se adaptara a las cámaras, pero lo logró. Aún así puedo notar que él está más tenso y aburrido, mamá está en su zona de confort, ellos son tan diferentes pero conviven como iguales.

Liam y yo reíamos al ver como mamá caminaba con confianza y normalidad para las fotos y hablar con los medios, papá solo la seguía, la tomó de la mano para no perderse, eso fue adorable.

Era nuestro turno, la verdad es que Liam solo sonríe para algunas fotos y ya, no le gusta hablar con los medios, lo hacen sentir presionado. Yo lo seguí, me acomodé en un lugar y posé para las fotos, los flashes eran demasiados, todos gritaban al mismo tiempo llamándome para que fuera a hablar con ellos, yo solo seguí caminando lentamente para tener un plano más amplio, tampoco tengo ganas de hablar por hoy. La verdad es que la espalda descubierta de este vestido es preciosa, tiene finas tiras doradas que caen delicadamente.

Sonreí para las cámaras y hablé con un par de reporteros, pero me detuvo el hecho de oír a mi hermano llamándome. Caminé hasta él, había una periodista con él mientras los demás a su alrededor lo fotografiaban.

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora