52- Destino.

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Charlotte Black

No puedo creer esto.

Mis padres haciéndome una practicante. Y realmente no hago nada, solamente llevo cajas de un piso a otro. Esto es una mierda, pero debo hacer esto, es lo que esperando que sea y en eso voy a convertirme.

Seré la sucesora de mis padres.

Me senté un momento en el suelo para poder descansar, estoy exhausta. Pero claramente mi descanso no podía ser tan perfecto.

—Hola, Char. Que bueno es verte aquí.

Levanté la mirada con fastidio, encontrándome con ese chico de cabello castaño con algunos reflejos claros. Y esos ojos oscuros que me fastidian.

—¿Que haces aquí, Alan?— pregunté fastidiada.

—Trabajo, niña rica.

Yo puse los ojos en blanco. Me levanté del suelo y sacudí mis manos.

Es verdad, no sé mucho sobre su vida porque en verdad no me interesa, pero por lo que Mia dijo, es que su padre lo abandonó, a él y a su madre. Le paga todos los caprichos, pero su madre es una mujer trabajadora y no acepta dinero de él, había olvidado que tenía un empleo aquí.

—¿Le ayudas a tu madre?

—Si. A veces debe ir al doctor entonces yo vengo a cubrir horas para que no le descuenten el salario— se encogió de hombros.

—Vaya, tienes algo de corazón— dije sarcástica.

—No soy tan malo como crees— sonrió.

—Si, Bueno, no me importa. Debo seguir trabajando.

Pasé por su lado para continuar con las cajas que debo cargar pero me siguió.

—¿Terminaste con Samuels?

—No había nada que terminar. Jamás fuimos nada.

—Que bien. Era muy poca cosa para ti.

—¿Te refieres a que tú eres más?— me burlé.

—Exacto.

—¿Porque no te vas a molestar a otra chica por ahí?— pregunté— No estoy interesada. Solo me estorbas.

El solo me sonrió.

—Definitivamente vale la pena— dijo más para él mismo, me sonrió y desapareció de mi vista.

¿Que quiso decir?

Los días trabajando como esclava pasaron muy lento, pero al menos conseguía avances. Y en parte me hacia bien porque no vi a Nate desde ese día. Me concentré en aprender todo lo que debía. Me esforcé, pero realmente nada estaba entrando a mi cabeza, solo pensaba en las grandes pasarelas que podría alcanzar, en las moles de portadas en las que podría aparecer.

—¿Que te parece tu próximo puesto?— preguntó mamá, mostrándome su oficina— todo esto será tuyo, Charlotte— me observó fijamente— ¿Estás feliz?

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora