31- Feria

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Nate Samuels

Odio esto.

He estado llevando cajas de un lado a otro por horas, solo tenía que decir que no... Cuando la idiota de Gaby dijo que necesitaba un favor debí creer que no sería bueno para mi. ¿Y qué pasó? Terminé en una feria reemplazándola mientras ella va a una cita, pero no cualquier cita, una con un chico... eso no tiene sentido viniendo de ella, solo dijo que quería disfrutar la vida. Ridícula.

Lo bueno es que esta es la última y ya puedo relajarme para ver perder a esos mocosos.

Pero claro, no todo podía ser perfecto, tenía que haber un estúpido que no pudiera ver por donde camina. La caja cayó al suelo, y con ella mi paciencia.

—¡Hey! ¡Ten mas cuidado!— dije volteando a ver con molestia.

Es una chica, corrijo, una estúpida que no ve por donde camina. Ella recogió sus cosas rápidamente y me ayudó con la caja.

—Lo siento, mi error— dijo entregándomela.

—Claro que fue tu error— dije obvio.

—Perdón— dijo con una sonrisa inocente— ¿Quieres que te ayude a llevar eso?

—No hace falta— dije cortante.

Ella corrió un mechón de su cabello oscuro por detrás de su oreja y me observo con esos ojos azules, seriamente. Se cruzó de brazos mientras fruncía el ceño.

—Eres muy pesado.

—Gracias.

—No era un cumplido, idiota— dijo con desagrado, siguió con su camino.

Pero que chica más desagradable.

Yo terminé con mi trabajo y dejé todo acomodado detrás de la que sería mi lugar de trabajo por esta noche. Ya estaba terminando cuando la oí.

—¿Gaby? ¿Estás afuera?— preguntó Charlotte llegando al puesto de juego.

Gaby... si esto lo hiciste a propósito te mataré.

Charlotte apareció de repente, al verme se sorprendió y quiso huir como siempre pero alcancé a tomarla del brazo.

—¿Ni siquiera un hola?— pregunté seriamente.

—Hola, Samuels.— dijo con simpleza.

—Vale. Así está mejor— dije.

—¿Donde está Gaby?

—En una cita— respondí tranquilamente.

Charlotte me vio sorprendida.

—Necesito saber cómo consigue tantas citas, o que me enseñe a ligar— pensó en voz alta, luego volvió a mirarme— ¿Entonces me dejó sola?

—No. Me pidió que la cubriera. Así que estarás conmigo.

—Ah. Está bien— dijo volviendo dentro.

Vaya. Que expresiva está hoy. Solo un esta bien ja. Entré con ella, debíamos ordenar todo, yo ya lo hice, así que solo quedaba abrir el puesto y esperar mocosos. Charlotte encendió las luces y oficialmente estaba abierto al público. Me hubiera gustado que se dignara a hablar conmigo, pero veo que eso no está en sus planes. Claro, la ayudé y luego me desecha. Estaba aburrido, un grupo de mocosos llegó a jugar y perdí por completo su atención.

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora