45- Enfado

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Nate Samuels

Estiré mi brazo para poder abrazar a Charlotte y seguir durmiendo con ella entre mis brazos. Palmeé la cama con los ojos cerrados hasta encontrarla pero eso no pasó. Desperté de golpe y pude ver que estaba vacío, ¿Estará en el baño?

—¿Charlotte, estás en el baño?— pregunté adormilado mientras apoyaba mi cabeza en la almohada.

Nada. Silencio absoluto. ¿Se fue?

Tal vez se molestó contigo, anoche... fuiste un idiota.

Eso es verdad, debió sentirse presionada por tantas preguntas. Yo me incorporé para tomar mi teléfono y llamarla.

Llamando a: Caramelo de fresa

Me sobresalté al sentir el sonido de su teléfono, me levanté y pude ver que sus cosas seguían sobre el sofá, colgué. Eso en parte me hizo sentir bien, debe estar abajo.

Bajé rápidamente las escaleras, me di vueltas por todos lados hasta llegar al lugar más obvio, la cocina. Ella tenía un vaso de agua en las manos, seguía usando mi camiseta, pero que buena vista tengo ahora.

Oye, mira esas galletas.

Uh, galletas.

Me apoyé en la encimera para poder probarlas, le di una mordida, esta muy buena.

—Están geniales, si somos un buen...— me detuve al ver su cara. Estaba seria, y viéndome con molestia.

Definitivamente te está odiando. Yo quiero correr, ella me da miedo.

—¿Pasa algo?— pregunté.

—¿Que si pasa algo?— preguntó con una sonrisa, yo asentí, devolviéndole la sonrisa— No claro que no, solo estoy aquí por diversión.

—¿Enserio?

Ella me lanzó el agua a la cara y dejó el vaso sobre la encimera. Casi me ahogo.

—¡No, estúpido! ¡Claro qué pasa algo!

Huyamos.

Yo... puedo preguntar ¿Que pasa?— dije tomando una bandeja para protegerme de cualquier ataque de su parte.

—Eres un tonto.

Ella pasó por mi lado rápidamente, yo estaba confundido así que tardé en reaccionar, cuando lo hice la seguí rápidamente a mi habitación.

—Si, lo soy. Por eso necesito que me lo digas. ¿Fue por todas esas preguntas? Por que si es así lo lamento yo...

Ella volteó a verme.

—¿No tienes nada que decirme?— me interrumpió.

Demasiadas, pero supongo que no hablamos del tema que pienso. ¿O si? No, claro que no, ya estaría muerto de ser así.

—No pude dormir, me pasé la noche pensando en lo que dije. Si, lo admito, tal vez insinué que me estoy enamorando de ti— comenzó a hablar algo nerviosa, yo me acerqué despacio— pero no es así... no lo es. Y yo...

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora