24- Prioridades

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Buscar a Mason fue más difícil de lo que creí, me di cuenta de que no sabía prácticamente nada sobre el, y eso me asustó. Solo se sobre su yo de doce años pero nada más, es como si el tiempo se hubiera detenido, y nos pasó la cuenta.

—¿Nombres de sus padres?— preguntó Samuels con aburrimiento.

Yo estoy recostada en mi cama boca abajo mientras busco en mi computadora.

—No tengo idea— admití.

Levanté la vista para verlo y fruncí el ceño al notar que se estaba columpiando en una silla que está colgada al techo. Recuerdo que cuando era pequeña la pedí muchas veces ¿Quien no quiere un sofá rosa columpio? Él parecía totalmente ajeno a la situación mientras se mecía de atrás hacia adelante.

—Que idiota eres— dijo.

—Hey— me quejé.

—¿Que persona normal se enamora de alguien que no conoce?

—Yo... yo si lo conozco.

El se detuvo y me miró seriamente.

—Te he preguntado muchas cosas a lo largo de la tarde y no has podido responder ninguna. Solo sabes responder: Ay Mason es el chico más dulce y lindo que conocí en mi vida, debo encontrarlo— dijo mientras hacía más aguda su voz, imitándome. Hizo una mueca de asco— Eso... es muy patético de tu parte.

—¿Puedes dejar de decirme patética?— pregunté fastidiada.

—¿Puedes dejar de serlo?— preguntó obvio.

—Estúpido.

—Se que te gusta que lo sea.

—No me gustas, supéralo.

—Te diría que superarás a Mason, pero ya lo hiciste solo que no quieres aceptarlo— sonrió victorioso.

—Bien. ¿Podemos seguir con esto?

—Es que no se que quieres hacer, literalmente solo sabes su nombre, un nombre muy horrible por cierto, Mason Walker— hizo mueca de asco— Nate Samuels— asintió con una sonrisa ladeada.

—Pero... tiene que haber algo— dije mientras veía en la computadora.

—Es horrible ser tan listo— suspiró dramáticamente mientras caminaba hacia mi y se acostó a mi lado— Veamos, ¿En que escuela iba?

—Oh eso si lo sé— dije emocionada— Southlake.

El me quitó la laptop y comenzó a buscar, se metió a la pagina web de esa escuela y busco la dirección.

—Bien, solo hay que ir allí, deberían tener registros de él y sus padres, si él volvió ellos también— se encogió de hombros.

Eso... ¿Porqué no se me ocurrió antes?

—Eres un maldito genio.

—No hace falta ser muy inteligente, Charlotte— Se burló.

—Entonces vamos ahora— dije tratando de pararme pero me tomó de la mano y me tiró hacia él.

—Ya es tarde, debe estar cerrado. ¿Porque no invitas a tu súper mejor amigo a dormir contigo?— preguntó mientras me envolvía en sus brazos.

—No vas a quedarte— me solté de su agarre y me paré de la cama.

—No sería la primera vez.

—Pero si sería la primera después de que tú... dijeras eso— él rodó los ojos— Sería incómodo.

—Que no lo dijera antes no significa que no lo sintiera— Aclaró.

—Eso no ayuda.

—¿Puedo quedarme en otra habitación?— preguntó con una sonrisa inocente.

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora