27- Encuentro

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Anoche fue divertido, lo admito, pero no bebí, olvidé mi objetivo inicial y hoy me siento extremadamente sobria.

En parte es bueno, tenia cosas que resolver en la mañana, ahora acabo de llegar a la casa de Samuels, creo que encontré la casa de los padres de Mason, y quiero que el me acompañe. Una señora muy amable me dejó entrar, es la que se encarga de la limpieza, apenas entré en la habitación de Samuels lo vi dormido ¿A que hora despierta este chico?

Dejé mis cosas sobre el escritorio y me lancé sobre él.

—¡Agh! ¡Quítate!— gritó molesto mientras trataba de moverse.

—Pues despierta, idiota.

El se quitó las mantas de la cara, tenía el ceño fruncido pero lo quitó en cuanto me vio. Me sonrió.

—Bonita manera de despertarme, Black. Me dejas sin aliento, enserio, Casi no respiro.

—Estúpido— dije moviéndome a un lado.

Él comenzó a reír y se levantó, seguía con la ropa puesta así que se metió al baño y pude oír que se estaba dando una ducha. Yo me dediqué a ver mi teléfono, comencé a ver las fotografías de la fiesta de anoche, todos parecían tan felices, simplemente les di like a todos ellos.

—¿A que debo tu presencia a estas horas de la mañana interrumpiendo mi sueño?— preguntó Samuels.

—Creo que encontré a los padres de Mason.

—¿Y a mi que?

Yo fruncí el ceño.

—Se supone que vas a ayudar...— levanté la vista para verlo pero me quedé muda.

Solo llevaba una toalla envuelta en su cintura, las gotas de agua caían por su torso, se sacudió el cabello con las manos, los músculos de sus brazos estaban marcados, podía notar sus tatuajes pero es que realmente nunca les he puesto demasiada atención, hay otras cosas más llamativas en el.

—Deberías cerrar la boca, babeas— dijo mirándome. Yo carraspeé y quité la mirada de él.

—¿Puedes vestirte?

Él parecía divertido, simplemente tomó unos pantalones de chándal y se los puso por debajo de la toalla, se la quitó de la cintura y se secó un poco el agua que le quedaba en el cuerpo. Alto, no lleva nada debajo de ese maldito pantalón.

—Vista arriba, Black— ordenó.

Agh, ese idiota lo hace a propósito.

—¿Vas a ayudarme o no?— pregunté fastidiada.

Él caminó hasta el ventanal, lo abrió y se sentó en una silla que tenía allí, tomó una guitarra y la acomodó sobre su regazo.

—Dime que es lo que tienes— dijo mientras tocaba las cuerdas y la afinaba.

—¿Tocas la guitarra?

—No, simplemente estoy jugando con ella— respondió sarcásticamente.

¿Imaginan lo llamativo que se ve un chico atractivo sin camiseta con una guitarra? Eso me distrae, ¿Que estaba diciendo? Oh, Mason.

—Ah, si. Bueno descubrí la dirección de los padres de Mason, volví a esa casa esta mañana, eran otras personas pero me dieron su dirección actual. Hoy podría encontrarlo— dije entusiasmada.

—Genial— dijo sarcástico.

Comenzó a tocar la guitarra, la verdad es que la melodía era muy relajante, con su personalidad creí que sería más del tipo que toca guitarra eléctrica y solo hace ruido innecesario, pero no, es suave y calmado. Lindo. Me gusta.

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora