42- La destrucción

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Nate Samuels

Tengo miedo. Miedo de perderla, se que estuve mal pero en ese momento no pensaba con claridad, pasaron tantas cosas... estaba enojado, frustrado. Creía que la chica que tanto había amado toda mi vida no existía, simplemente cree un juego del que no pude salir, y la arrastré conmigo, porque dejó de serlo en el momento en el que la besé por primera vez.

Su madre fue muy clara, demasiado.

Estábamos en su oficina, en su empresa. Yo sentado mientras ella se paseaba de un lado a otro, muy enfadada.

—Aléjate.

—No voy a hacer eso— dije firme.

—O te alejas tú o te alejo yo, es simple— dijo molesta— Me agradabas, en serio, pero no puedo creer que no me diera cuenta antes, todo hubiera sido más fácil si lo hubiera resuelto antes de que ella se enamorara de ti.

—Ella siempre me ha amado, y yo a ella— respondí.

—¡Ella no te amaba a ti!— gritó molesta— ¡Amaba a Mason! ¡Y resulta que él ni siquiera es real!

—¡Se que me equivoqué pero ahora es diferente, ella ama a Nate Samuels! ¡Tenemos la oportunidad de ser felices! ¿Acaso no puede entenderlo?— grité parándome de mi silla.

Ella dejó de pasearse por su oficina y me vio seriamente.

—No me grites y siéntate— ordenó.

Yo obedecí, en silencio.

—Perdón.

—No quiero que la felicidad de mi hija se base en mentiras y sufrimiento. Si dejara que pasara estaría el resto de mi vida creyendo que no hice un buen trabajo como madre— dijo.

—Por favor, no le diga nada. Yo lo haré, se lo juro, pero no me arruine esto, lo único que quiero es hacer a su hija feliz, y será de buena manera, sin mentiras ni secretos— pedí— Por favor, deme tiempo.

—¿Porqué debería confiar en alguien que ha mentido toda su vida?— rió secamente.

No supe cómo responder a eso. Porque solo tengo mi palabra, solo yo sé cuanto amo a Charlotte.

—Se como es que alguien te manipule, que te hagan creer que todo lo que hacen es por tu bien aunque estén dañándote. Y tú lo hiciste con ella en el momento que la hiciste llorar cada noche porque creía que su mundo iba a lastimarte...

—Jamás quise hacer eso, fue un comentario estúpido que hice porque era pequeño yo...

—No me importa, lo hiciste de todas formas. El amor puede cegarte cuando eres adolescente, puedes perder tus sueños por alguien que no lo vale. Charlotte lo haría, y a veces odio que sea tan parecida a mi— inhaló profundamente— Tu no serás el próximo Jack...

Fruncí el ceño ¿Que quizo decir con eso?

—Señora Alison— la llamé, ella me miró de reojo— Mason era un recuerdo vacío, una versión de mí que Charlotte creó en su cabeza para recordarme, pero yo jamás fui ese monstruo egoísta. Nate Samuels jamás dejaría que ella abandonara su carrera, y menos por mi. Al contrario, la apoyaría porque siempre he estado orgulloso de ella, cuando vivía en Canadá compré cada revista en la que ella aparecía y las guardé como mi tesoro más preciado.

Limpié una lagrima silenciosa que se deslizaba por mi mejilla.

—¿Usted sabe lo que es esperar a alguien por años y que cuando vuelva a verla esa persona lo haya olvidado? ¿Que hubiera seguido con su vida?

Ella corrió la mirada.

—Probablemente no, pero yo me sentí vacío, solo, y lo que seguía no mejoró, estaba enfadado conmigo porque creí que no había sido suficiente para ella. Pero ahora tengo la oportunidad de remediar todo, y necesito que me apoye.

No me moleste en fingir que estaba bien, tampoco me frené y lloré, porque mi futuro dependía de ella, y no quiero perder a Charlotte, no otra vez.

—Si, se como se siente— volteó a mirarme, su mirada parecía triste, nostálgica— Pero no es igual...

—Solo deme una oportunidad, una— supliqué.

—¿Y que quieres que haga yo? ¿Que le mienta a mi hija?— preguntó incrédula.

—Los secretos no son lo mismo que las mentiras, menos si son para proteger a alguien.

Ella lo pensó por un momento, uno que se me hizo eterno, pero terminó acercándose a mi de manera amenazante, retrocedí inconscientemente.

—Si la dañas...

—No va a pasar.

—Más te vale— suspiró— Odio esto, soy demasiado influenciable. Pero bueno, de todas formas quiero saber que fue lo que te llevó a crear toda esta mentira.

—Si bueno, es algo complicado...

Se supone que tengo una batalla contra el tiempo, no quiero que sea así. Pero es lo que tarde o temprano debía hacer, aunque... aún no estoy listo para eso.

Inicié mal, y admito que quería herirla, porque ella me hirió a mi. Ese beso que le dio a ese chico no fue lo que me hizo odiarla, eso fue lo que me destruyó. Fue después, yo quería acercarme, poder entender como es que ella tenía un novio y no me lo había contado y que al contrario de eso siguiera repitiéndome en cada correo que ella me amaba a mi ¿Como creen que eso se siente? Pues horrible. Y en ese momento solo me culpaba a mi, creía no haber hecho todo lo posible para que eso no ocurriera, para que ella no tuviera la necesidad de ver a alguien más... fui idiota en muchas cosas, pero intento mejorarlas.

Se que deben tener muchas preguntas, hasta yo me pregunto como fui tan impulsivo. Deberían preguntarse, si tú eres Mason ¿Quien es el Mason que Charlotte conoce?

Pues... solo un impostor. Su nombre es Josh.
Vivía en Canadá, era el único amigo real que tenía, íbamos juntos a la escuela y éramos vecinos, se mudó a Nueva York un par de meses antes que yo. Y fue la primera persona a la que recurrí aquel día, ese primer día que estuve de vuelta. Me sentía solo, la compañía que necesitaba estaba con alguien más... y él siempre fue bueno escuchando, y dando los mejores consejos.

Josh es mi mejor amigo.

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora