26- Compañia

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Nate Samuels

La mayor parte de estas personas están demasiado borrachas para darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor, pero aún así algunos fueron capaces de notarnos, bueno, notar que Charlotte tenía una compañía poco común. Ella parece tan cómoda saludando a todos, yo solo voy detrás de ella, si fuera solo por mí tropezaría con todo el mundo, pero a ella le abren el paso y no tiene que preocuparse de eso.

El lugar estaba más oscuro y las luces de colores lograban marearme, habían tantas personas que me perdí por un momento, pero fui más listo y busqué la mano de Charlotte para poder guiarme. Ella volteó a verme algo sorprendida.

—No quiero perderme— expliqué.

Ella asintió, no protestó, simplemente mantuvo nuestras manos entrelazadas y me guió hasta la barra. Pidió un par de tragos, el sujeto se quedó admirándola y como es un arrastrado le sirvió el alcohol antes que todos los que estaban esperando desde antes de que llegáramos.

—Ten— dijo pasándome uno de los vasos, yo miré el contenido rosa con desconfianza— Te gustará, confía.

Llevé el vaso a mis labios y bebí de una sola vez, el alcohol pasó por mi garganta, quemando, pero lo que me gustó era el sabor a fresa que tenía, vaya, es realmente bueno. Ella también lo bebió, luego me miró a la espera de mi opinión.

—No estaba tan horrible.

Ella sonrió.

—Claro— dijo divertida— Acabo de ver a los chicos por allá, Mia está haciéndome señas, vamos con ellos.

Me contuve de rodar los ojos, si vine aquí fue precisamente por que ella me invitó y creí que sería una buena oportunidad para pasarla bien, juntos, ambos, solos...

Pero no, decidió traerme con esta gente, ¿Que hacen? Ni puta idea, están sentados en el suelo, alejados de la multitud que baila.

—¡Hey! ¡Vengan a jugar!— nos llamó una chica.

Charlotte me tomó del brazo y caminamos hacia ellos.

—Es la cumpleañera— me susurró seguido de obligarme para que me sentara junto a Mia.

—¡Hola de nuevo amigo!— dijo ella con una sonrisa.

Esta rubia es insoportablemente entusiasta, perfecta para Bruno. Él estaba a su derecha, por lo que me saludó amigablemente con la mano. Yo esperé a que Charlotte se sentara a mi lado, pero alguien más la llamó.

—¡Char! ¡Siéntate junto a mi!— dijo la estúpida cumpleañera.

Yo sostuve el brazo de Charlotte como un niño, uno que no quiere separarse de su madre, ella me vio mal y se soltó de mi agarre para ir con ella. Estábamos en un gran círculo junto a más personas, ella terminó sentada al otro extremo, justo frente a mi. La fulminé con la mirada, le dije que no me dejara solo.

—Solo está como a dos metros, no es el fin del mundo, Samuels— se burló Mia.

—Cállate, insoportable.

—Si, si. Como digas, pareces un perrito que fue abandonado por su dueña.

Yo rodé los ojos, Charlotte llamó a Mia, la cual gracias al cielo se fue a sentar junto a ella, Bruno terminó deslizándose a mi lado. Esto es mejor, que paz siento ahora.

—Creo que esto resulta favorable.

—¿Porqué?— pregunté fastidiado mientras trataba de matar a Charlotte con la mirada.

—¿Sabes que jugarán, querido Nate?— preguntó con una sonrisa.

Yo miré a un chico que llegó con una botella y la dejó en medio, oh, ya lo entiendo.

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora