Epilogo

5.6K 463 67
                                    

Charlotte Black

Un año después...

Estoy emocionada.

Vine a visitar a mi familia luego de un año fuera. He venido para las fechas importantes, pero me quedaré unos días, como una especie de vacaciones. Y no le he dicho a nadie. Hoy es el cumpleaños de Bruno. Todos estarán reunidos así que es perfecto. Será una gran sorpresa.

Deberían agradecerme el doble, porque estoy conduciendo y está más que claro que odio hacer eso.

Me ha ido bien. Con Kian nos volvimos los favoritos, ha sido un gran logro para ambos porque nos ayudamos mutuamente. Estoy cumpliendo mis sueños, y ahora no estoy sola en eso. Porque Nate ha estado ahí para ayudarme.

Nos texteamos diario, y hacemos videollamadas de vez en cuando. Una de esas veces fue cuando me mareo con todos los detalles de la carta de aceptación a la universidad que quería. Estudiará medicina, como quería. Ese día estaba muy emocionado. O cuando yo le mostré la portada que aún estaba en secreto para el público y me acompañó a gritar de emoción. Por que sin duda fue mi mejor portada hasta ese día.

Pero tampoco le dije sobre esto.

Mi única cómplice siempre será Alison Black. Ella se encargó de que todos estuvieran allí.

Y yo acabo de llegar a mi destino. Mi casa.

Entré con cautela, se que están reunidos en el jardín pero no falta el que aprovecha la situación, y creo que en la cocina encontré a un par de ellos.

Megan y Josh, ella terminó dándole una oportunidad, todos la convencimos de que la edad no era un impedimento si de verdad lo quería. Y lo hizo. Llevan un poco menos de un año como novios oficiales.

Justo ahora se meten la lengua hasta la garganta contra la encimera.

—Creo que este no era el baño— dije con inocencia.

Ellos se sobresaltaron.

—Lo lamento esto no es...— se excusó Megan, al verme se detuvo— Charlotte— dijo impresionada.

—Charli— dijo Josh con una amplia sonrisa— Estás de vuelta.

—Gracias por confirmarme que nadie sabía de mi llegada, su recibimiento es emocionante— bromeé.

Ambos se sonrojaron. Pero no les tomó mucho tiempo correr a abrazarme.

—Oigan, necesito vivir para saludar a los demás— me quejé.

—Tus padres estarán felices— me animó Megan.

—Nate estará feliz— Josh se emocionó.

Yo sonreí.

Ellos me arrastraron hasta el jardín trasero. Fue lindo verlos a todos pasándola bien. Estaban mis abuelos, mis padres, incluso en odioso padre de Bruno. Pero también estaban ellos. Gaby, Bruno, Mia, Alan... y Nate.

Se ve muy guapo con esa camisa gris, además, se cortó el cabello. Me acerqué a ellos despacio, Mia, Bruno y Gaby me vieron antes, pero les pedí que no hicieran ruido. Finalmente llegué a Nate quien hablaba con Alan, estaba de espaldas a mi. Alan sonrió al verme.

—¿Señor, le gustaría probar el helado de vainilla?— toqué su hombro.

—No gracias, no me...— volteó a verme, se quedó congelado en su sitio.

—No te gusta— completé su frase— lo sé, Nate Samuels.

—Caramelo de fresa— dijo con emoción.

Me sorprendí en el momento que me tomó en sus brazos y me abrazó con fuerza. Yo le devolví el abrazo con gusto, sintiendo ese perfume que había extrañado tanto.

—Es bueno verte— sonreí apenas me separe de él.

—No es mi cumpleaños pero este es el mejor regalo que he recibido en el día— bromeó.

Iba a responderle pero alguien se me adelantó.

—¡Pequeña Black!— gritó mi padre mientras corría hacia mi.

No pude protestar porque ya me tenía en sus brazos y me cargó lejos de Nate. Me limité a sonreír, él jamás cambiará. Pero amo a mi padre aunque sea un celoso.

—Hola papá— saludé divertida.

—¿Porque no me dijiste que vendrías?— me regañó en broma.

—Creo que las sorpresas se basan en eso ¿no? ¡Sorpresa!— dije entusiasmada.

Pude sacarle una carcajada.

Los saludé a todos, si, realmente a todo el mundo y sobre todo al cumpleañero, pero no podía quitarle la vista de encima. Algunos podrían decir que un año pasa rápido, sobre todo si has vuelto de visita. Pero no, los meses pasan lento y cada visita es más corta. Porque aunque quiera, no todo mi tiempo es para él. Aprovecho cada visita para estar con mi familia y amigos por igual, para compensar un poco mi ausencia.

Le hice una seña para que me acompañara dentro, yo me dirigí a mi habitación, y Nate llegó un momento después. Salí a la terraza y me apoyé en la barandilla, sintiendo el aire fresco en mi rostro.

—Fue una buena sorpresa, todos estaban felices de verte— dijo con una sonrisa.

—¿Y tú? ¿Estás feliz de verme?

—Sin dudas el más feliz.

—¿Que tal la universidad?— pregunté.

—Bien, es bueno estudiar par hacer lo que te apasiona. Ambos estamos cumpliendo nuestros sueños.

—Así es— le di la razón, viendo las nubes que invadían el cielo— Te ves bien.

—Gracias. Aunque no es obra mía, a tu madre le dio la locura y me obligó a ir con ella y su hermano Eliot a la peluquería y al centro comercial— admitió— No estuvo tan mal, dentro de lo raro. Ahora entiendo porqué lo hizo— me sonrió.

Claro que lo hizo. Los hermanitos Morgan siguen haciendo de las suyas.

—Te ves guapo, pero me gusta más el Nate real. El de las sudaderas— confesé.

—Ese Nate sigue aquí. Créeme que traje una para ponerme más tarde, solo me hago el genial frente a tu familia— bromeó.

Ambos reímos. Nos extrañamos mucho, se nota cuando veo sus ojos y el ve los míos. Ese anhelo y amor sigue ahí. Intacto. Pero ahora solo somos amigos, y estamos bien con eso.

—Te extraño— admití.

—También te extraño, pero ya falta menos. Solo un año.

—Solo un año— repetí.

Quería acercarse y yo también, cortar la distancia era tan fácil, pero no lo hicimos, y sentí las primeras gotas de lluvia caer sobre mi piel. Nate sonrió, no supe lo que pensaba antes de que me tomara de la mano y me arrastrara hasta la puerta principal. Tomo un paraguas y abrió la puerta. Salió a la lluvia que se intensificaba rápidamente, y mi corazón latió a mil por hora en el momento en que volteó y estiró su mano hacia mi.

—¿Necesitas un paraguas, desconocida? Puedo compartir el mío contigo.

Yo solté una risa, tomé su mano y me refugié bajo el paraguas, junto a él. Esto se parecía a aquella vez que conocí a Nate. Al odioso Nate. Pero es diferente porque ahora ambos avanzamos juntos en un mismo sentido. Juntos bajo la lluvia.

Quien diría que todo comenzó con su mirada, intensa y desafiante. Y que ahora seguimos siendo esos dos que solían odiarse, pero con él amor por sobre todo eso.

Solo yo. La lluvia y el chico del paraguas.


Nota: Para su paz mental, esperen el extra de mañana, está largo y muy interesante 👀

Todo comenzó con su Mirada | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora