-Te dije que no la tocaras -miro a Dan quien se encogió de hombros sin borrar la sonrisa burlona de sus labios.
-No me lo puso fácil -Williams se acerco a él agarrándolo de la camisa.
-Eres un inútil Bell, igual que tú padre siempre lo fue -lo empujo, Dan lo miraba serio, me miro y volvió a ver a Williams -Vete -ordeno, me seque las lagrimas sin decir nada, Dan respiro hondo apretando lo puños, no dijo nada y salió cerrando la puerta detrás de él.
Mire a mi padre, estaba de espaldas a mi sin darme la cara, habíamos quedado solos en esta habitación que tenia tantos recuerdos de nosotros, me levante con cuidado y eso hizo que me mirara, no dijo nada, se acerco y no me aleje, era papá, mi papá, y era raro porque de alguna razón él y Dan me tenían aquí, no era una venganza, no era rencor, no era nada de lo que imaginaba, trague grueso cuando me toco la mejilla, no lo aleje.
-Lamento que te haya golpeado.
-No son diferentes a los que tu me has dado -me miro a los ojos, se alejo.
-¿Por qué esta habitación? -pregunto mirándola, la cama estaba igual que hacia años, desde que habíamos dejado de venir papá corrió a todos los empleados, habia mucho pasto afuera, habia polvo en todas las esquinas, las ventanas empañadas y algunas hojas en el suelo.
-¿Eso es lo que me preguntaras? -cuestione, no dijo nada -¿Qué hago aquí?... ¿Qué haces tu aquí?
Me miro.
-De todas las habitaciones… ¿Por qué esta?
Fruncí el ceño indignada por su tranquilidad y desinterés, suspire haciendo silencio unos minutos, creando una historia en mi cabeza, imaginando todos los motivos de esto, pero nada era suficiente, no habia ninguna razón lo suficientemente fuerte como para que mi propio padre me haga esto.
-Cuando llegamos estaba feliz… -dije poniéndome a su lado, tenia el corazón arrugado pero no se lo demostré -Creí que podía esconderme de él, ya que yo me sabia de memoria la casa, pero ahora entiendo porque me encontró tan fácil -lo mire pero él a mi no -¿Por qué lo hiciste papá? -pregunte dolida.
No me miro, respiro profundo caminando hasta la ventana, estaba tan formal y elegante como siempre, y eso solo me hacia recordar cuando se iba cada semana de viaje, se ponía esa ropa, yo solo podía verlo y decir que queria un novio como él, guapo y responsable, cariñoso y atento como lo era con mamá, todo lo que una vez mostro era mentira, tal vez mamá si lo vio a tiempo y huyo, no la culpo, yo también me iría si tuviera un marido así, correría y me escondería donde no me pudiera encontrar, haría una vida nueva si solo fuera él, no dejaria a mi hija como lo hizo ella. Mire su espalda ancha.
-¿Tanto me odias? -no dijo nada, suspire -Dime algo por favor…
-Tenia años que no venia a esta habitación.
-No me ignores joder… -exclame molesta por esquivar todo lo que decía -Papá no se porque estoy aquí, creí que era por Dan, porque se queria vengar pero ahora no lo se… ¿Por qué tu? -me mordí el labio para no llorar, él se giro y me miro, estaba serio, no habia nada de lastima o compasión en él, no habia nada que me hiciera sentir a salvo.
-¿Sabias que Emir Brown cancelo todo los contratos que tenia conmigo?
Fruncí el ceño.
-¿Sabias que Arturo cancelo todo los contratos conmigo?
Lo mire sin entender.
-No sabia.
-No mientas -se acerco y me aleje, le tenia miedo, sabia de lo que era capaz -Tú les dijiste que lo hiciera.
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CICATRICES
Teen FictionMe perdí fácilmente en el azul de sus ojos, sin saber que hace años ya lo había echo tambien. Un pasado, un error, un secreto, una persona, un recuerdo... Dicen que las cicatrices son garras que se aferran al alma, pero que no son imposibles de borr...