Capítulo 11

431 91 29
                                    

El aire frío entraba por una de las ventanas del auto, mi cuerpo se entumecío, cerré los ojos al sentir el ardor en mis mejillas y el sabor metálico de sangre en mi boca, trague grueso y me incline un poco para ver por la ventana, para saber dónde estaba o al menos a dónde iba, pero tras el tercer intento caí nuevamente al asiento, ya no tenía fuerza, ya no podía seguir más, me era difícil respirar, mis piernas no tenían fuerza para tomar la decisión de saltar, correr y huir, ya no puedo seguir. Alce un poco la cara y vi las estrellas, hermosas como siempre, tan altas e inalcanzable, tan lejos de todo aquello que podría dañarlas, la luna las acompañaba, el hermoso sonido de los arboles al azotarse uno contra otro hacían una exquisita melodía mientras yacía tirada en medio del bosque.

Abrí los ojos sintiendo el rastro de las lágrimas en mis mejillas, trague grueso y respire hondo intentando calmarme, intentando volver a la realidad, solo fue un sueño, una pesadilla, no es real, no es real, tranquila... frote con ambas manos mis ojos  para después ver a mi alrededor, las sábanas blancas cubrían una parte de mi cuerpo y la brisa fresca del amanecer entraba por el balcón que estaba frente a mi.

¿Dónde estoy?

Quite las sábanas y me levanté despacio, pero volví a caer cuando todo dió vuelta y un dolor infernal se apoderó de mi cabeza, joder, ¿pero carajos paso anoche? respire hondo componiendome un poco, mire mi cuerpo y aún seguía igual, con mi vestido. Mía, ¿dónde está ella? mire la habitación en la que me encontraba, este no es mi cuarto, me levanté con el corazón latiendo fuerte dentro de mi pecho, tampoco es la habitación de Mia o de Scott.

¿Qué paso anoche?

Comencé a caminar en círculos, todo es tan borroso, estaba con Mia, después se fue con ese chico que no recuerdo, luego yo... frunci el ceño, luego yo que, ¿que paso? bebi, bebi mucho, nunca antes había bebido de esa manera, cerré los ojos con fuerza en un intento de que algo volviera a mi cabeza, pero todo eran retazos sin coherencia, el señor de la barra me dijo que no bebiera más, después ese tipo lamió mi oreja, y después... joder después que paso...

¿Me acosté con él?

¿Este es su cuarto?

-No, no, yo no haría algo asi... Pero ¿Y si si?

Me detuve en seco, no, no puede ser, pase la noche con ese sujeto, no, no, no, Dios necesito ir me. Busque los tacones con los ojos y corrí hacia ellos cuando los ví al lado de una puerta, me los puse tan rápido que me sorprendió haberlo echo bien con el dolor de cabeza, busque mi celular y no lo ví, joder, ¿ahora como llamaré a Mía? Debe estar preocupada.

-No quiero que te arrepientas.

Me detuve al escuchar esa vos en mi cabeza como un flash black, esa vos, ronca, suave...

-No puedo hacerlo.

Trague grueso agarrándome la cabeza por el dolor.

-Tú no, yo si...

Que es todo eso, respire hondo volviendo a la cama para sentarme, ¿que fue lo que paso anoche? me queje por el dolor tan fuerte, Dios, no vuelvo a beber así jamás en mi vida, respire hondo por la nariz y solté por la boca, respire hondo por la nariz y solté por la boca, lo repetí hasta que me pude calmar un poco y el dolor ya no era tan insoportable.

-Tengo que ir me antes de que vuelva.

Tome otra bocanada de aire para salir de la habitación, si pase la noche con ese imbécil tal vez ya no esté, tal vez se fue hacer algo o que se yo, tengo que irme antes de que llegue. Fruncí el ceño al ver el pequeño pasillo en cuanto sali de la habitación, camine lento y atenta a todo, cualquier sonido o cosa extraña que pudiera haber o aparecer, lo menos que quiero es encontrarme con él.

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora