Capítulo 47

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Él sonrió y se acerco agachándose para estar a mi altura, estaba igual que los demás, sus ojos se veían cansados, su cabello descuidado, la corbata mal arreglada, él también habia estado aquí todo este tiempo, nunca creí que tantas personas se preocuparan por nosotros, siempre habia pensado que éramos Mia, Scott y yo, pero ahora veo lo equivocada que estuve este tiempo, lo egoísta que fui y seguía siendo por hacerlos pasar por esto, ellos estaban aquí, siempre estuvieron conmigo y aun así yo solo veia mi mundo, mi desastre, mis problemas.

-¿Cómo estas? -pregunto mirando mis heridas.

-Bien -y fue el primer bien desde hacia cinco años que era real, sonrei y acaricie su cara, no queria ver como se ponía Emir por esa acción, pero Arturo si levanto la mirada hacia él.

-¿Cómo estas tú? -le pregunte, me miro y alzo ambas cejas arrugando la boca divertido, me reí y se levanto.

-Estoy bien.

-Me alegro.

Emir empujo la silla un poco mas hacia las otras sillas de espera, hubo silencio entre los tres hasta que llegamos, mire la puerta de la habitación donde estaba mi amigo y mi corazón se acelero, no quiero verlo con todos esos aparatos y pensar que si alguno de ellos falla él…

Joder.

No pienses eso Madison, mire Arturo.

-¿Sabes algo de su estado? -senti el calor de la mano de Emir en mi hombro, no se si él sabia, pero el efecto que tenia en tranquilizarme sin decir nada era demente, la agarre sin dejas de ver Arturo.

-Él doctor salió hace media hora mas o menos y sigue igual -asentí presionando la mano de Emir.

Arturo abrió la puerta y mi enfermero privado empujo la silla hacia la habitación, lo detuve antes de entrar, lo mire y su ceño se frunció.

-Quiero estar a solas con él.

Asintio.

-Déjame llevarte al menos hasta la cama.

Mire la situación, en una mano llevaba la barra de metal con el suero y la otra la tenia un poco lastimada al cortarme con los vidrios del portarretrato de mi habitación, asentí y lo hizo, empujo la silla y mis ojos dieron casi de inmediato con mi amigo, estaba conectado a un respirador, habia una venda que sobresalía por su hombro, sus manos llevaban agujas conectadas a suero y sangre, joder, cerré los ojos respirando hondo, senti el beso de Emir en mi cabeza y la puerta cerrarse cuando salió, no se si habia dicho algo antes de salir, estaba sumergida en culpa y solo senti su beso, ese que hizo que abriera los ojos para ver a la persona que puso su vida por la mía.

Tome aire y agarre su mano fría, nunca la habia tenido tan fría.

Me acerque un poco mas y toque su cara, trague las ganas de llorar, las ganas de gritar, me trague todo porque de nada serbia, aunque fue inevitable que mis ojos se llenaras de lagrimas.

-Hola -susurre agarrando su mano entre las mías, intentando calentarla -¿Sabes que eres muy terco, cierto? -sonrei dejando un beso en ella -¿Por qué te pusiste Scott? ¿Por qué no dejaste que…

Me calle imaginándolo reprendiéndome por solo pensar lo que diría, sonrei acostando mi cabeza sobre su cuerpo, lo vi respirar, observe su pecho subir y bajar lentamente sin evitar recordar cuando me quedaba en su casa y en puntitas me iba a la sala donde el siempre dormía cuando yo ocupaba la cama, no me gustaba dormir sola en aquel entonces, y verlo dormir me daba una sensación de compañía, ver como respiraba tan tranquilo me hacia descansar por unas horas sin importar lo incomodo que era el piso.

-Se que estas aquí, se que estas conmigo y quiero decirte que lo lamento mucho, perdóname por todo lo que te dije… -tome aire controlando mis ganas de abrazarlo y llorar -Perdóname por no saber valorarte, has estado conmigo todos estos años, te has saltado lo ético y reglas de la clínica solo por mi -sonrei -Has sido mi amigo, mi confidente, mi protector, has sido mi todo Scott y yo…

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora