Capítulo 19

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El despertador sonó estallando mis tímpanos, Dios, odio ese maldito aparato. Bufe cubriéndome de pies a cabeza con las cobijas, aún no me quiero levantar, cinco minutos más, hice puchero debajo de las sábanas, hoy no quiero levantarme de la cama, mucho menos para ir a trabajar, suspire, Mia se movió a mi lado y me senté de golpe en la cama, lleve mi mano a la mejilla y me queje con solo rozarla, mierda, mire a mi amiga que aún seguía profundamente dormida a mi lado, me levante con cuidado para no despertar y fui al baño.

Respire hondo antes de encender la luz y verme en el espejo, la encendí y hay estaba, el hematoma en mi mejilla derecha, estaba roja con algunas chispas moradas a su alrededor, no le basto una cachetada, si no que tenían que ser dos, con solo imaginar cómo estará mañana me entran ganas de ir y matarlo ahora mismo. Odio que me pegue, odio el echo de que crea que tiene algún poder sobre mi aún, y lo peor de todo es que yo misma le estoy dando ese poder al no hacer nada, al no decir nada y solo callarme y llorar, suspire afincandome en el lavadero.

¿Ahora que haré?

¿Que escusa le diré a Mia?

-No se qué pasó, me dormí y desperté así -me dije a mi misma -Anoche cuando te quedaste dormida baje por algo a la cocina, me tropecé y me pegue...

Por Dios.

-Soy una estúpida.

Lave mi cara y me cepille, me seque con la toalla de manos y busque el maquillaje que tenía en el estante, me quedé congelada un segundo al ver los antidepresivos y las pastillas para dormir, frunci el ceño, ¿hace cuánto no tomo las pastillas de dormir? las agarre del estante y las sacudí un poco, el paquete estaba como nuevo, recuerdo que cuando Scott me las médico fue antes de terminar las asesorías con él, las dejé en su puesto y tome el maquillaje.

Últimamente no me han echo falta, he dormido bien ignorando algunas pesadillas que he tenido, pero es normal, todos tenemos sueños malos, ¿o no? aunque ese es el problema, que algunos no son sueños, son recuerdos de ese día, eran distorsionados pero eran de ese momento infernal que cambio mi vida. Me mire en el espejo y me aplique un poco de base, no lo cubría, mierda, agarre la paleta de colores y me hunte un poco de sombra naranja, cómo hacen en las películas de efectos especiales, luego aplique base y ahora parecía una payasa de circo barato.

-Joder, joder, piensa Madison.

Respire hondo mirándome fijamente en el espejo unos minutos, soy un desastre, me doy asco y vergüenza, ¿porque finjo ser fuerte cuando solo soy una estúpida?, solo soy una pequeña niña que le tiene miedo a todo, que aún no supera nada y vive aferrada al pasado, que no tiene los pantalones suficiente para enfrentar a su papá, que lo tiene todo para hundirlo y acabar con él pero no lo hace, por miedo, por lastima, mierda, soy un puto asco. Sonreí secamente, ¿por qué lo quiero? limpie la lágrima que se deslizaba por mi mejilla, solo sirvo para eso, llorar, llorar y llorar, como si esa mierda solucionará algo, abrí la llave y vi como el agua caía y se iba.

Me moje la cara y quite el maquillaje, me queje por el dolor pero no hice ruido, volví a ver mi reflejo.

-¿Madison ya vas a salir? -me sobre salte al escuchar a Mia al otro lado de la puerta, respire hondo, piensa, el maquillaje no me ayudará, y sabiendo como se pondrá mañana será mucho peor si intento cubrirlo hoy, piensa Madison.
-Apurateeee estoy que me hago pipí -grito golpeando la puerta.

-Voy, voy, dame un segundo -grite guardando todo, volví a ver las pastillas y cerré el estante, baje la cuerda de la taza y abrí la puerta -Listo.

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