-Mientes -exclama negando ligeramente.
-No lo hago -miento.
-Recuerdo muy bien sus palabras, y fueron muy exactas Madison.
-¿Así? -volví a mirarlo aunque eso significaba mi completa perdición, él asintio -¿Cuáles fueron esas palabras? -deje de respirar al ver cómo cortaba la poca distancia que había entre los dos, bajo un poco su cara para estar a mi altura desubicándome por completo.
-Cada una de sus palabras son una puta mentira.
Trague saliva mirando sus labios, esos tontos y perfectos labios.
-Yo... no, yo... -balbucee sin saber que decir.
-A ella se le es muy fácil alejar a las personas para no hacerles daño -continuo tras mi silencio -Pero lo que no sabe es que siempre lo hace, porque es imposible no quererla y alejarse como si todo fuese sido una mentira -sigue hablando y mi corazón sigue latiendo como un desquiciado dentro de mi pecho -En algo tiene razón -susurra acercando su cara más a la mía.
Por favor aléjate...
-¿En qué? -pregunte buscando sus ojos, ese azul intenso y brilloso que hacían detener mi mundo entero.
-En que eres muy fácil de querer... -una sonrisa triste tiro de sus labios -Y de que yo soy un maldito idiota por querer besarte después de todo lo que me dijiste -culmina en un susurro rosando mis labios.
Detente Madison.
Aléjate.
Reacciona.
Esto no puede pasar, no otra vez.
-¿También dijo que eras eso? -cerré los ojos ignorando las voces en mi cabeza, él hizo silencio unos segundos para luego responder rozando con sus dedos mis mejillas, tan suave como si fuesen echas de porcelana, lo mire con la respiración echa un desastre.
-No... eso lo digo yo.
Contuve el aire odiandolo por eso, por hacerme sentir, hacerme querer cosas que no debo tener, que no merezco tener.
-También lo creo -esboza una sonrisa corta y asiente, Dios, quiero besarlo tanto.
-Eres como un ángel negro Madison -susurra.
Lo mire.
-Y yo soy igual que tú, pero no un ángel precisamente.
-¿Si no eres un ángel, entonces que eres?
-Descubre mis demonios pequeña zanahoria...
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CICATRICES
Teen FictionMe perdí fácilmente en el azul de sus ojos, sin saber que hace años ya lo había echo tambien. Un pasado, un error, un secreto, una persona, un recuerdo... Dicen que las cicatrices son garras que se aferran al alma, pero que no son imposibles de borr...