Capítulo 41

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Camine hasta el elevador pero me detuve en el puesto de Mónica, ella no estaba y sabia perfectamente porque, ya era su hora de ir por su té caliente para mejorar la eficiencia del trabajo, algo que se podría decir que era "voy a escapar y me tomare mi tiempo para no trabajar" sonreí, es increible la mucha falta que me hara, hablar con ella era un escape a otro mundo que no fuera el mio, y me gustaba eso, tome un papel pequeño y un lápiz para dejarle una nota.

De todas las historias el que te despidan espero que no sea una de esas.

Lo pegue en el borde de la computadora y llame el ascensor, necesito una ducha de agua caliente. Salí del edificio y camine directo a Marcos quien me esperaba frente al auto, me miro y lo rodeo para abrirme la puerta, él era muy guapo y joven, tal vez tenia la misma edad que Emir, no habiamos hablado mucho para ser sincera, él era reservado y profesional, era alto, no tan fuerte ni debil, estaba bien, su cabello era corto casi como el corte militar, sus rasgos faciales eran muy varoniles.

-Hola -salude.

-Señorita Smith -saludo como siempre lo hacia, era tan formal que me sentía en una novela de millonarios, entre en el auto y él lo volvió a rodear para tomar su puesto, no puedo creer que no me diera cuenta que Emir habia enviado hombres a seguirme.

Respire hondo analizando todo lo que habia pasado y eso que aun no se habia acabado el día, la verdad no esperaba todo lo que habia dicho la abogada, aunque era obvio, tenia razón, ya ese imbécil habia pagado todo, no habia nada que hacer mas que vivir con la idea de saber que estaba suelto, ¿Dónde? No lo se.

Ojala este en Noruega, bufe negando, ojala no, estaré allí dentro de poco y si él esta ahí seria lo mismo que estar en esta maldita ciudad, joder, solo espero este lejos, muy, muy, muy lejos, tanto que jamás vuelva a verlo. Mi celular sonó dentro del bolso y sonreí al ver el nombre de mi
amiga, descolgué la llamada y lo lleve a mi oreja.

-¡!PASEE!! -grito, joder, aleje el aparato y mire a Marcos quien me miro frunciendo el ceño, sonreí avergonzada volviendo a concentrarme en la llamada.

-No grites como loca.

-No puedo dejar de hacerlo -chillo en un gritico emocionada -Ya tengo todo, joder Madi no pudo salir mejor.

Sonreí.

-Estoy muy orgullosa de ti.

-Ahora si puedo estar segura de que nos iremos juntas -me reí porque a pesar de que ella ya habia echo planes como el color de sabanas, de cortinas y menu de dieta para la comida aun tenia que hacer los refuerzos, algo que eran muy importantes para poder ingresar por completo.

-Al final es bueno escuchar buenas noticias -dije un poco aliviada, creí que el día iba hacer una completa mierda, pero con esto se que no y me emociona, estaremos juntas, ella y yo, como siempre lo habíamos planeado.

Siempre hay algo bueno.

Sonreí.

-¿Ha pasado algo? -pregunto.

-No.

-Madi...

-No arruinemos el momento, mejor celebremos, ve a la casa de Emir en dos horas, brindaremos, veremos pelis y comeremos ¿te parece?

-Si involucra comida ahí estaré.

Me reí.

-Entonces sin falta, y ya juntas me podrás contar todo, nota, dificulta, todo...

La escuche reírse.

-Y tú me cuentas como te fue con la abogada.

-No quiero arruinar la noche con esto...

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora