Capítulo 53

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Me estremecí al sentir unos grandes brazos rodear mi cuerpo, quise abrir los ojos pero no pude, gire acomodándome mejor en su pecho, sintiendo el cálido latido de su corazón y embriagador calor de su cuerpo, una de sus manos acaricio mi espalda mientras nos arropaba con las cobijas, me acomode mejor y sonrei al sentir su beso en mi cabello.

-Buenas noches mi amor -susurro.

.—

Abrí los ojos y los cerré por la fuerte luz del balcón, estire el brazo y fruncí el ceño abriendo los ojos mirando el lado vacío de la cama, bostece sentándome y frotándome la cara, mire la hora en el celular, siete de la mañana, aun era muy temprano como para que no estuviera aquí conmigo, me estire en un intento inútil de espantar el sueño.

Me levante y alisté... peinar, cepillar y lavar la cara, salí de la habitación aun y con la pijama que por suerte era discreta, camine hasta el despacho y me asome por la puerta abierta, y alli estaba, con miles de carpetas en la mano, con sus ojos perdidos en el computador y los pelos desordenados, estaba con ropa de dormir y se veia jodidamente guapo.

Me aleje sin hacer ruido para no distraerlo y baje directo a la cocina, algo que sabia de la nana de Emir era que siempre comenzaba a preparar el desayuno a las ocho, así que tendría la cocina para mi, salude a los chicos que iban saliendo del departamento, ellos me saludaron con una sonrisa, no se en que momento descansan.

Volví al despacho con una tasa de café, abrí mas la puerta y entre sonriendo cuando él volteo a verme, su aspecto cambio, una sonrisa hermosa se extendió por sus labios y cerro la laptop girando la silla en mi dirección, a pesar de su desaliñado cabello se veia demasiado sexi y me encantaba.

-Buenos dias Señor Brown -le di el café, él lo agarro aun y sin borrar la sonrisa, lo dejo en la mesa y me jalo de la cintura para que me sentara en sus piernas.

-Esos buenos dias están muy secos.

-¿Quiere que le traiga agua?

-Quiero que me des un beso.

-Eso no es ético Señor Brown.

-A la mierda lo ético.

Sonrei y acaricie su cabello uniendo sus labios con los míos, deleitándome con el sabor de su lengua al hacer contacto con la mía,  sus manos acariciaron mis mejillas en el transcurso del beso, era suave y delicado, minutos después nos alejamos en busca de aire.

-Así esta mejor -susurro robándome un corto beso.

Me mordi el labio y me levante.

-Tomate el café -ordene, asintio agarrándolo, mire la mesa y tome una carpeta azul, contrato y cuentas de una empresa, no era de él, deje la carpeta sobre la mesa -¿Por qué tienes tanto trabajo? -pregunte tomando otra carpeta de la mesa.

-Aun estamos con el traslado de la nueva empresa, esto ya debería de haber estado solucionado pero el trabajo se acumulo.

-Te puedo ayudar -lo mire y sonrió -¿Dime en que me necesitas?

-¿Ya tienes todo lo de la universidad?

Puse los ojos en blanco.

-Si, solo me falta empacar y comprar vuelos, pero lo hare el mes que entra… ¿seguro no ahí algo en lo que pueda ayudar?

-Deberías comprarlos ahora… y no, no ahí nada nena, tranquila, no es como si fuera la primera vez.

Hice mueca de disgusto, desearía tener el conocimiento que me darán todos esos años de estudio, se que así él no se negaría de mi ayuda porque ya seria capaz de hacerlo sin tener el riesgo que cometer algún error tonto y de novato, a pesar de ya haber echo arreglo en contrato se que este tema de la nueva sede era muy importante y entendia si él no queria mi ayuda.

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora