Capítulo 2

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Abrí los labios y los cerré sin saber que decir, sin saber cómo defenderme o al menos hacer algo para salir de donde yo misma me había metido.

Debí quedarme en casa, no hacerle caso a Mia, y enredarme junto a las sábanas encima de mi cama, pero no, aquí me encuentro en una habitación con un hombre el cual no se su nombre, o si es un asesino en serie o un loco psicópata, y para completar, solos. Me aleje un poco, estamos solos, él y yo, un desconocido y yo, joder, muy inteligente de tu parte Madison.

-Entonces... -parpadee al escucharlo, sus ojos escaneaban mi rostro en busca de algo, fruncí el ceño sin descifrarlo.

-Tengo que ir me -di media vuelta pero una de sus manos me detuvo, lo aleje de golpe.

-Tranquila.

-No me vuelvas a tocar -advertí.

Sonrió.

-Creo que no estás en condiciones de actuar asi.

Trague grueso y él se volvió a cercar, Dios, porque tiene que ser tan atractivo.

Concentrate Madison.

-Si lo estoy.

-Dejame adivinar porque.

Me cruce de brazos.

-¿Por qué eres la novia del dueño? -puse los ojos en blanco por el tonito sarcástico que uso.

-Si, por eso, así que déjame ir, no quiero problemas con él y creo que tú tampoco... además ya viene, podrán hablar y no hay necesidad de mi presencia.

-¿Y yo por qué tendría problemas con él? No fui yo quien se me tío en lugares donde no tenía que meterse.

-Pero eres él que no me deja salir, así que también tendrás problemas.

Esbozo una sonrisa, sus ojos se iluminaron y una corriente electrizante viajo por todo mi anatomía al ver ese gesto, algo que para él estaba resultando tan divertido, para mí era como si estuviese cavando mi propio hoyo para enterrarme, necesito salir de aquí antes de que él otro hombre llegue y hay si todo sería un completo desastre... o también puedo decir la verdad.

Esa sería una opción más viable, él lo podría entender y yo saldría de aquí. Respiré hondo.

-Mira la verdad es que...

-¿Como te llamas? -pregunto interrumpiendome.

-Madison -dije sin siquiera detenerme a pensar de que no es buena idea que un desconocido sepa mi nombre, alguien por favor dígame que no puedo ser más estúpida, él sonrió y asintió satisfecho con su cabeza.

-Bonito nombre, Madison.

-Me voy.

-No -dijo cerrando la puerta nuevamente cuando intente abrirla, mi corazón se aceleró y me aleje por inercia.

-¿Cómo que no?

-Como escuchaste, no.

-Déjame salir -exclame molesta.

-¿Por qué tengo que hacerlo?

-Por qué serias un secuestrador y porque estoy en todo el derecho ya que mi novio es el dueño -sí, esa soy yo mintiendo más y más.

-¿Estas segura? -pregunta acercándose un poco.

-¿De- de que? -tartamudee.

-¿De que te he secuestrado?

-No te me acerques -amenace alejándome más.

-Estas en mi sala, puedo hacer lo que quiera si así lo deseo ¿no te enseñaron a no entrar sola a lugares peligrosos?

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora