Capítulo 35

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Cinco años atrás...

A pesar de que noviembre es un mes frió me encantaba, no solo por ser mi cumpleaños, si no por todo lo demás, los días los cuales era más cortos, la nieve blanca, salir a esquiar a las sierras con papá, o por lo menos a mí se me hacía el mejor mes de todo el año, y en especial este, el frío había llegado antes y con sigo las heladas, extendí mi mano y un copo perfecto aterrizó suavemente sobre ella, sonreí admirando su belleza, gire la mano y lo deje caer sin dejar de verlo hasta que callo al suelo y desapareció.

-Vamos Madiii –parpadee y la mira.

-No es que no quiera Anastasia –repetí por décima vez las mismas palabras –Mis padres organizaran una noche de cine... y sabes que me encantan –sonreí.

-Siempre estas con tus padres -bufa -Celebremos tu cumpleaños diferente este año –parpadea como un angelito, puse los ojos en blanco  –Solo se cumplen quinces una vez en la vida.

-Igual que catorce, trece, doce y en todos siempre he dicho lo mismo, no sé cómo no te cansas de insistir.

-Tienes que dejar de ser tan aburrida Madison.

-El que no me guste salir no significa que sea aburrida, además, sabes que papá muy poco está en casa por los viajes de trabajo y la noche de cine es como una tradición, no puedo decir que no Ana, entiende.

-Pero yo soy tu mejor amiga, soy tu hermana de sangre diferente y genética completamente diferente.

Sonreí.

-Perooooo, por favor, hay una fiesta, vamos juntas, se que no será tu fiesta de cumpleaños, pero podemos celebrarlos juntas, y con chicos, Dan estará hay -me mordí el labio para no sonreír, pero sabía que mis mejillas me delatarían.
-Se que te gusta, está noche puede ser la noche...

-Callate -la interrumpi -No digas tonterías y he dicho que no iré, no insistas.

-Vale, vale, pero por favor Madi, vamos juntas, además se podrían acercar, ser amigos, algún beso tal vez, no lo sé, algo -la mire fijamente y bufé con fuerza, mierda, odio ser tan débil, Anastasia sabe que tiene poder para convencerme de cualquier cosa, negué levemente con la cabeza.

-Está bien, está bien. –puse los ojos en blanco con una sonrisa.

-¡¡SIIIII!!! -chillo saltando como niña pequeña.

-Te odio.

-Esta noche será increíble –sonrió.

-Eso espero...

Me despedí de mi amiga para comenzar a caminar despacio por las calles hasta mi casa, quince, el tiempo pasa tan rápido y tan lento a la misma vez, y ya cuando te das cuenta ya han pasado días, meses, años, es inexplicable saber la velocidad en que nuestra vida va en este mundo, un golpe en mi hombro me hizo parpadear para fijarme en una chica rubia que se había tropezado conmigo, ella sonrió disculpándose para seguir su camino.

La vi fijamente hasta que dió vuelta en una esquina y desapareció, seguí mi camino, no estaba tan lejos de casa, pero tampoco era tan cerca de donde Ana, podría fácilmente tomar un taxi y llegar rápido, pero hoy quería ver todo el paisaje, hoy quería disfrutar del aire frío y los autos pasar, me detuve en un crucé mientras esperaba que el semáforo cambiará, no había muchas casas al rededor pero si había una casa hogar cerca por lo tanto habían puesto este cruce para que lo autos tuvieran prudencia, del resto no había nada, algunas casa retiradas y lo demás consistía en bosque.

-¿Que me pondré esta noche?

Un auto paso lentamente frente a mi, creí que se iba a detener pero aceleró con tanta prisa que tuve que retroceder por el susto.

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora