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Las voces de mis padres van en aumento a medida que me acerco al lugar.
A pocos metros de llegar, tropiezo conmigo misma y me apoyo en la pared para no caerme.
Consigo incorporarme pero unas palabras procedentes de la habitación me hacen detenerme en seco.
-Tu hija tiene razón, Anthony, el Reino no te merece, ¿así que por qué no se lo das a alguien que sepa dirigirlo de verdad?
-No mereces nada de mí después de lo que hiciste, Aaron — escucho decir a mi padre con desprecio.
El padre del Príncipe Alan suelta una carcajada y le oigo caminar.
—Tu ya gobiernas un país entero. No sé por qué quieres éste también.
—Quiero lo que es mío por derecho, hermanito.
Mi mandíbula se desencaja y Oliver y yo nos miramos atónitos.
Y de pronto las palabras de mi pesadilla regresan a mi mente  "(...) todos podremos pasar un tiempo en familia."
La respiración se me corta por unos segundos y tengo que toser para no ahogarme. Gran error.
Sus pasos se acercan con rapidez y sonríe con maldad al vernos.
Avanza hasta estar frente a mí y agarra mi brazo con fuerza antes de tirar hacia delante con brusquedad. Me suelta de la misma forma haciendo que casi caiga al suelo.
—Bien— dice cerrando la puerta para que nadie más pueda entrar— Ahora que estamos reunidos toda la familia, podemos empezar a negociar.
Se acerca de nuevo y me encojo un poco.
—Dile a tu padre lo que quiero o lo pagará muy caro— dice de forma amenazante.
—¿Quieres un país entero cuando tienes otro por gobernar? Qué ambicioso— trato de bromear para relajarme un poco.
Sin embargo, para él surge el efecto contrario y su golpe no tarda en llegar.
—¡Déjala! ¡Ella no tiene nada que ver es ésto!— escucho decir a mi padre.
El hombre se gira hacia él y avanza unos metros.
—Es cierto, pero ambos tenemos algo en común: te odiamos.
Mi cabeza se gira con rapidez en busca de mi padre y, al verle, puedo saber que siente dolor ante esas palabras.
—Vamos, Emily, díselo. Dile lo que quiero.
—No puedo decirlo si no entiendo a qué te refieres— digo en un hilo de voz— ¿Por qué dices que éste Reino te pertenece?
Éste sonríe y alterna su vista entre mi padre y yo.
—Las reglas estipulan que debe gobernar el primogénito quién, de ambos, soy yo. Tú padre me quitó el trono antes de que pudiera hacerlo mío.
—Eso no es verdad— le escucho decir enfadado— Nuestro padre murió por tu enorme ansia de poder y por ello te excluyeron de la línea de sucesión.
Abro más los ojos y empiezo a temblar.
—¿Asesinaste a tu padre para poder gobernar?— pregunto acercándome un poco.
Éste me mira y se encoge de hombros.
—Había llegado mi turno pero no quería cedérmelo. No me dejó otra opción.
—Estás loco— comenta mi padre.
—¡Hice lo que debía!— grita acercándose a él— Ahora, dame tu Reino o correrás la misma suerte.
—¡No!— digo de forma inconsciente.
Se gira para mirarme y en apenas segundos lo tengo frente a mí.
—No te recomiendo llevarme la contraria, querida— posa una mano en mi abdomen y una descarga me recorre el cuerpo haciéndome caer de rodillas, dolorida.
—Bien— dice sonriendo y volviéndose hacia mi familia— Ya que tú no quieres cooperar, probemos con la pequeña— se acerca a mi hermana y está se aleja con miedo.
Le escucho reír y Rose empieza a temblar.
—Vamos, pequeña, solo quiero que me ayudes. Dile a tu padre que éste Reino deber ser mío y podréis marcharos o, por el contrario— me mira por unos segundos y vuelve a ella— Puedes unirte a tu hermana.
—¡Déjala!— grito intentado levantarme.
—Parece que mi descarga no ha sido lo bastante potente— se gira hacia mí y retrocedo por instinto— Pero eso se puede arreglar.
Extiende el brazo y los rayos salen de su mano directos hacia mi, por lo que me protejo con los brazos tratando de que el golpe no sea tan fuerte; pero éste, por suerte, nunca llega.
Abro los ojos y una cúpula de luz me rodea impidiendo que los rayos me alcancen. Sin deshacer la postura, consigo avanzar hacia delante hasta llegar a él y hacer que reciba su propio ataque.
Cae al suelo unos segundos después, inconsciente.
Bajo los brazos haciendo que el escudo desaparezca y me acerco a mi familia.
Me agacho frente a Rose y ésta me abraza tras los barrotes.
—Intentaré sacaros de aquí— digo besando su frente.
Me incorporo y empiezo a buscar la cerradura.
—No lo lograrás— dice mi padre pero no le miro— Está hecho con su magia, Emily, solo él nos puede liberar.
—Quizás haya otra forma de...
—¿Por qué eres tan testaruda?
—¿Y por qué tú nunca me dejas intentar nada?
Suspira y se pasa la mano por la cara cansado.
—Haz lo que quieras, pero no lo conseguirás— dice antes de darme la espalda.
Sujeto los barrotes y me concentro en querer liberarlos, provocando que de mis manos salga la misma luz que la que destruyó la puerta en la mazmorra. Éstos terminan convertidos en polvo y mi madre y mi hermana sonríen, acercándose con rapidez para abrazarme.
Mi padre se gira y mira atónito la escena.
—Vamos, salgamos de aquí antes de que despierte— dice siendo el primero en avanzar.
Mi hermana y mi madre le siguen detrás, pero cuando me dispongo a seguirlas, algo agarra mi tobillo y caigo desmayada de nuevo.

Once upon a Princess (Reales I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora