Regreso al Castillo poco antes del atardecer.
Tras dejar al caballo a cargo de los empleados del establo, avanzo con rapidez hacia mi habitación.
La cena se sirve unas horas después y, aunque seguramente mis padres han sido conscientes de mi fuga, ninguno menciona nada sobre ello; algo que me hace tener más miedo.
La velada transcurre en silencio hasta que mi padre decide hablar. Y desearía que no lo hubiese hecho.
-El Príncipe Alan vendrá mañana para pasar unos días con nosotros- nos informa pero mantengo la vista en mi plato.
-¿Por qué?- es mi hermana quién pregunta- ¿Significa eso que puedo dormir con Emily mientras él está aquí?
La miro y esbozo una pequeña sonrisa.
-No, seguirás en tu habitación- responde mi padre- No hay necesidad de cambiar nuestros hábitos por un invitado.
-Rose puede dormir conmigo si quiere- contesto fijando la vista en mi padre.
Observo cómo la pequeña sonríe e intenta bajar de la silla, pero vuelve a colocarse bien al ver que mi padre la observa con seriedad.
-No has respondido a su otra pregunta- digo y éste me mira de nuevo- ¿A qué se debe la estancia con nosotros del Príncipe Alan?
Mi padre carraspea antes de contestar.
-Ese asunto solo nos incumbe a él y a mí- dice antes de dar por finalizada la charla y centrarse de nuevo en su comida.
Miro a mi madre para pedirle una explicación pero solo se encoge de hombros, lo que significa que ella tampoco sabe nada.
Trago saliva antes de hablar de nuevo.
-Creo que merezco saber por qué mi prometido vendrá a pasar unos días con nosotros y tú eras el único que sabía algo al respecto.
Intento controlar las náuseas que esa palabra me produce pero no paso desapercibida la sonrisa de mi padre.
-Tenemos asuntos que tratar que requieren su presencia y hemos pensado que es mejor que permanezca aquí hasta que finalicen.
Me conformo con esa explicación y ahora sí decido que la conversación ha terminado.La puerta de mi habitación se abre en la oscuridad y escucho que alguien se acerca a mi cama y se tumba a mi lado. Sonrío al notar una pequeña mano sobre mí.
—No has tardado mucho— digo pegándome a ella.
Rose sonríe y me abraza por unos segundos.
Le doy un beso en la frente y me giro para dormir pero al poco tiempo vuelvo a sentir su peso contra mí.
—Emily— susurra cerca de mi oído.
No respondo y sigo intentado conciliar el sueño, pero mi hermana insiste y empieza a zarandearme con suavidad.
—Rose, es tarde. Hablaremos mañana— digo sin abrir los ojos.
La escucho soltar un bufido y se deja caer sobre mí de nuevo.
Abro un ojo para encontrarme con los suyos pero la imagen que veo en frente no es la de mi hermana.
Suelto un chillido al ver los ojos del hombre de mi sueño sobre mí y me alejo de él todo lo que puedo.
Se acerca a mí y voy retrocediendo hasta chocar con una pared.
Observo a mi alrededor y la mazmorra donde me encontraba entonces vuelve a estar presente y, junto a ella, los gritos en mi cabeza.
Tapo mis oídos y cierro los ojos con fuerza pero éstos no cesan si no que aumentan su volumen.
—¡Mamá! ¡Papá!— escucho cómo Rose los llama y, aunque sé que está cerca, la siento a millas de distancia.
Un ruido en la puerta de la realidad me hace saber que se encuentran conmigo aunque no soy capaz de verlos, solo estoy rodeada por aquella oscuridad infinita y esos espeluznantes ojos marrones.
—Claro que tus padres vendrán a salvarte— (...) —Y en cuanto lo hagan todos podremos pasar un tiempo en familia.
Las palabras de mi sueño se reproducen en mi cabeza y vuelvo a soltar un chillido.
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Once upon a Princess (Reales I)
Random*Historia sin corregir* Érase una vez una Princesa... Que luchaba para que las cosas fueran bien.