El cumpleaños de Rose ha llegado y todo el pueblo se encuentra aquí para celebrarlo.
La pequeña juega junto a algunos niños de su edad y yo permanezco junto a mis padres, observándola.
Tras un rato se acerca a mí y me arrastra con ellos; nos agarramos de las manos y empezamos a dar vueltas.
—Feliz cumpleaños, princesa— dice mi padre a la espalda de la pequeña y se agacha para besar su mejilla.
Ésta sonríe y toma sus manos para abrazarle. La coge en brazos y Rose suelta una risa.
—Vamos, ha llegado la hora de que pidas un deseo.
Se alejan hasta llegar a una de las mesas donde se encuentra la tarta y deja a mi hermana en la silla.
Me acerco y me coloco a su lado.
Cierra los ojos por unos segundos y luego sopla las velas, siendo aplaudida por todos los presentes.
Me mira sonriendo y dejo un beso en su cabeza.
—Siento llegar tarde— escucho la voz a mi espalda y sonrío— Tenía un asunto que tratar.
—¡Oliver!— mi hermana baja al suelo y se acerca a él para abrazarle.
—Felicidades, pequeña— dice incorporándose— Siento no haber visto cómo soplabas las velas, pero aún puedo darte el regalo.
Ambos sonríen y Oliver saca una caja del bolsillo de su chaqueta, se la entrega y la pequeña la abre con ilusión.
—Es precioso— exclama sacando un collar de rubíes de su interior— Muchas gracias, Oliver— se abrazan de nuevo y Rose se acerca a mí para que se lo ponga.
Sonríe cuando cae sobre su pecho y corre a enseñárselo a mis padres.
Imito su gesto mientras me incorporo y Oliver se acerca a mí, rodeándome con sus brazos.
—No tenías por qué, ¿sabes?— le digo dejando un corto beso en sus labios.
Éste me mira y suelta una risa.
—No me parecía justo que tú recibieras un regalo de mi parte el día de su cumpleaños y ella no.
Frunzo el ceño y se aparta un poco para sacar una pequeña caja y de pronto me siento temblar se felicidad.
Se aclara la garganta y apoya una rodilla en el suelo.
—Princesa Emily de Drealux, ¿me haría el honor de convertirse en mi esposa?
Observo a mi alrededor con lágrimas en los ojos para ver cómo todos nos miran.
Vuelvo mi vista hacia Oliver y, antes de contestar, me arrodillo frente a él y le beso.
—Sí, Oliver, quiero ser tu esposa— digo con la mayor de mis sonrisas.
Nos ponemos de pie mientras la gente aplaude pero dejo de escucharles tras unos segundos, haciendo de Oliver mi único punto de atención.
Coloca el anillo en mi dedo y me acerca a él para besarnos por menos tiempo del que me gustaría.
Noto un pequeño tirón en la tela de mi vestido que me hace volver a la realidad y encontrarme con Rose a mi lado.
—Ahora tenéis que bailar— dice sonriendo y empujándonos con suavidad hacia el centro de la sala.
Reímos y nos colocamos frente al otro. Ésta vez Oliver deja mi mano que lleva el anillo a la vista y posa la otra a su espalda.
La música suena y volvemos a meternos en nuestra burbuja, donde todo alrededor desparece y solo estamos nosotros.
No dejamos de mirarnos en ningún momento y, cuando la pieza termina, vuelve a unir nuestros labios prometiendo estar siempre junto a mí.
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Once upon a Princess (Reales I)
Random*Historia sin corregir* Érase una vez una Princesa... Que luchaba para que las cosas fueran bien.