No. No. No. No. No.
Observo al Príncipe Alan salir del despacho de mi padre y me acerco a él con rapidez, poniéndome enfrente para impedirle avanzar.
- Nos reunimos juntos hace unos días pero no te encontrabas aquí. No tuve otra opción- contesta a modo de disculpa, encogiéndose de hombros.
Me cruzo de brazos y frunzo el ceño.
-Lo siento, Princesa- dice pasando por mi lado para marcharse y le dejo hacerlo ésta vez.
Respiro profundo y cierro los ojos tratando de evitar que las lágrimas salgan pero es inútil.
Una mano se posa en mi hombro y, sin saber quién es, me aferro a su cuerpo con fuerza.
Gran error.
Al levantar la vista, encuentro a mi padre y éste, tras unos segundos, me aparta de él y se marcha sin decir nada.
Me abrazo entonces a mí misma y permanezco así por un bastante rato.
Vuelvo a mi habitación a escasas horas de que sirva la cena pero no tengo hambre, solo ganas de tumbarme en la cama y que nadie quiera saber de mí por un largo tiempo.
Ignoró las llamadas de las doncellas para que me levante y me sumo en un profundo sueño en el que lo único que necesito en la vida es estar junto a Oliver, mi hermana y mi madre.
Por un segundo me apena pensar que no considero a mi padre una persona importante para mí, pero yo tampoco lo he sido nunca hacia él o al menos es lo que ha demostrado con sus acciones.
Despierto cuando la luna se encuentra en lo alto del cielo y todo se ha sumido en una profunda oscuridad.
Me levanto y, ésta vez, decido salir al exterior para mi paseo nocturno.
La calma de la noche me tranquiliza y cierro los ojos en medio del jardín para escuchar a mi alrededor.
Las imágenes de mi última pesadilla asoman por mis recuerdos y pego un salto que me hace caer al suelo sobre la hierba húmeda.
Siento mi pecho subir y bajar a gran velocidad y tapo mis oídos con fuerza para ignorar los gritos de mi cabeza.
—¡Emily!— escucho una voz a lo lejos y volteo para ver a mi madre acercarse a mí con rapidez y a mi padre hacerlo de forma más calmada.
No espero a que esté a pocos metros para levantarme y correr hacia ella, envolviéndome en sus brazos y haciendo que ambas caigamos al suelo.
—¿Te encuentras bien, cariño? Te hemos oído gritar— pregunta apoyando su cabeza en la mía; gesto que me hace recordar al día anterior y me hace esbozar una pequeña sonrisa.
—Pensaba que estaban en mi cabeza— susurro refiriéndome a los gritos.
Observo a mi padre mirar con preocupación a mi madre y luego a mí.
—Deberíamos volver a la cama— dice agachándose para quedar a nuestra altura— Es tarde y mañana tenemos mucho que hacer.
Mi madre asiente y me ayuda a levantarme para luego ambos acompañarme de vuelta a mi habitación.
—Buenas noches— dice abrazándome antes de acceder al interior de ésta.
Respondo asintiendo con la cabeza y miro a mi padre en busca de un gesto de afecto, pero él solo imita mi acción y se dirige a su habitación junto a mi madre.
Suspiro llevando la vista al suelo por unos segundos y entro a mi cuarto para intentar dormir hasta que el alba aparezca en unas horas.
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Once upon a Princess (Reales I)
Acak*Historia sin corregir* Érase una vez una Princesa... Que luchaba para que las cosas fueran bien.