Kenzo
A pesar de ya ser pasadas de las diez y media, el albergue se encontraba completamente vacío a excepción de Jane y de mí. Había cerrado la habitación con llave; no permitiría ningún contratiempo más. La luz de la luna se filtraba por las ventanas abiertas de mi cuarto y el frío impregnaba la habitación.
—Dime su nombre.
—No puedo—volvió a repetir, me levanté de la silla y me froté la sien con frustración.
—Eso ya lo habías dicho antes, y me sigue importando una mierda. Dime su jodido nombre.
Jane se levantó de la cama y se acercó a mí con el ceño fruncido.
—Kenzo—se llevó la mano al pelo frustrada—no es que no quiera, de verdad no puedo decírtelo. Hice un pacto.
—Por la mierda Jane—si había hecho un pacto con ese Demonio no podría decir su nombre.
Cuando un ente maligno crea un pacto con un ser mortal, este está obligado a no pronunciar su nombre a no ser que sea en su presencia; el motivo es bastante menos complejo de explicar. Si un Demonio se consigue adentrar en el cuerpo de un mortal, lo único que puede hacer que sea expulsado de ese cuerpo es un exorcismo y para ello se necesita saber el nombre del Demonio para poder hacerlo. Sin el nombre de este, el exorcista no tendría mucho que hacer y el ente tendría clara ventaja hasta conseguir su cometido, llevarse su alma.
—¿Qué mierda era tan importante como para que hicieras un pacto con un Demonio?
—Dijo que encontraría a mi madre.
—¿Él te dijo eso? ¿A cambio de qué?
—A cambio de exponerte ante todo el pueblo.
—Por eso estabas tan empeñada en hacerme enojar, ¿de verdad pensabas que perdería el control sólo por irritarme un poco?
Jane frunció el ceño y se cruzó de brazos.
—¿Y que esperabas que hiciera? No podía ir y decirle a todo el mundo lo que eras y esperar a que te rociaran con agua bendita—bufó.
—Escribe su nombre.
—¿Qué?—Rebusqué en los cajones un papel, lápiz y se lo tendí.
—Escribe el nombre del Demonio.
Dudó en coger el papel y resoplé.
—Dime una cosa Jane, ¿De verdad crees en la palabra de un Demonio, por hacerle un favor? No somos de fiar; en cuanto consiguiera su objetivo o no, te mataría y te borraría del mapa de un chasquido. Pensaba que eras mucho más inteligente que eso.
—¿Y por qué debería de confiar en ti? También eres un Demonio ¿verdad?, ahora mismo podrías estar engañándome.
—Sabes que no te estoy mintiendo, si me ayudas me perderás de vista. Me iré de Fixon y no me volverás a ver más o al menos hasta que mueras y tu alma llegue al Infierno.
—Mi alma no irá al Infierno.—Se quejó.
—Eso dijo Judas cuando vendió a Jesús y ahora mismo es el lacayo de mi padre.—Meneé el papel y lápiz en su cara— Sabes que soy el único que puede salvar tu vida en estos momentos, así que escribe de una maldita vez su nombre.
Cogió el papel y lápiz e hizo el amago de escribir, pero no lo hizo.
—¿A qué estás esperando exactamente?
Una gota de sudor apareció en su frente.
—Se me ha paralizado la mano.
—¿Qué mierda estás diciendo?
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Avaricia [#1 Pecados ]
Teen FictionKenzo, primogénito de Lucifer y pecado de la Avaricia, es desterrado del infierno junto a sus seis hermanos tras haber puesto en peligro la estabilidad del submundo. Por primera vez se verá solo, sin poderes, sirvientes y sin la compañía de sus herm...