—Me toca historia del arte— dije a mi amiga mientras sacábamos los libros de la taquilla.
—Que suerte. A mí matemáticas— giró sus ojos en forma de molestia.
Mi amiga y yo odiamos matemáticas. Es la peor asignatura junto con educación física.
—Si, una suerte...— contesté no muy convencida, especialmente porque tendría que soportar a Valerie. Tras decir esto sonó el timbre.
—Luego te veo, morena.
—Okay, te veo en el recreo— tras decir esto me empecé a dirigir hacia las escaleras del instituto.
La clase de historia del arte se encontraba al otro lado del instituto y en la primera planta. Siempre me da mucha pereza ir a esa clase.
Cuando comencé a subir las escaleras sentí la presencia de alguien a mí lado. Giré la cabeza hacia mi izquierda. ¿Y quién era? ¡Sorpresa! Valerie. Hoy llevaba una sudadera blanca sin capucha con unos pantalones tipo cargo de color verde claro y un gorro tipo beanie.
De verdad, esta chica me está siguiendo, esto no es normal.
—Hola.
—H-hola— respondí sin interés aunque con muchos nervios al mismo tiempo que subíamos las infinitas escaleras. Nunca me acostumbraré a hablar con la gente desconocida sin tartamudear. Todos la culpa la tienen los nervios.
—Estarás contenta, hoy si te he dicho hola.
—Si, estoy contentísima— dije de forma irónica mientras miraba al suelo. Tras esto ella se rio.
—Me he dado cuenta de que no te atreves a mirarme a los ojos pero al menos no miras otras cosas. Creo que has aprendido.
Decidí no contestar a su comentario, no voy a seguir sus juegos. Además, nunca me ha gustado el contacto visual, es algo que me ha incomodado siempre y más con personas desconocidas.
—¿Lista para las clases de hoy?— preguntó justo al terminar de subir las escaleras.
—Si, si— contesté de forma irónica. Cruzamos el pasillo para ir a la última puerta.
—Ya, veo ya. Estarás muy feliz porque vas conmigo al aula ¿no?
—Ya quisieras— susurré entrando a la clase seguida por la rubia. Cuando nos sentamos en las sillas tocó el segundo timbre.
El profesor Hedley entró por la puerta con su maletín marrón. Acomodó sus cosas en la mesa y empezó a hablar.
—Bueno, el primer tema es el arte romano. Y como no quiero dar mucho sobre cada etapa, ya que vais a hacer una presentación sobre ello dentro de un mes, pues he pensado algo. En los siguientes veinte minutos me tenéis que enviar al correo diez obras de arte romano con vuestra pareja. Además, si os sobra tiempo podéis buscar más.
No por favor, por qué no podemos hacer el trabajo de forma individual. Odio a los profesores, todo el día se empeñan en que hagamos trabajos por parejas. Yo hago mejor los trabajos sola.
—Cuando terminéis, comenzaré a hablar sobre las características de esa etapa. Podéis utilizar el móvil o los ordenadores. Empezad— finalizó el profesor para sentarse en su acolchada silla y encender su ordenador.
—Bueno, pues parece que vas a tener que hablar conmigo. No te libras de mi.
No la contesté y me dispuse a desbloquear mi móvil. Esta tarea es demasiado fácil. La puedo hacer yo sola perfectamente en menos de cinco minutos.
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El Arte De Ser Invisible (lgbt+)
RomanceElla no esperaba que una asignatura fuera a cambiar su vida, tampoco esperaba que una rubia tardona y rebelde fuera a hacerlo. --------- Elodie comienza el último año de instituto pensado que sería como todos los demás: muy aburrido, y aunque su mej...