Ya era martes a tercera hora y tenía literatura con Valerie.
Este fin de semana lo he pasado hablando con ella por teléfono. Incluso el sábado me llamó porque se aburría y su padre no estaba en casa. Valerie siempre habla de su padre pero nunca de su madre. ¿Estarán separados los padres? Aunque bueno, yo no debería hablar sobre el tema.
Estuvimos charlando sobre música, películas y de alguna que otra tontería. La rubia me contó cómo de pequeña se cayó de un árbol tras intentar subirlo porque quería ser como Tarzán. También, me dijo que cuando tenía cuatro años por poco ahoga al gato de su abuela, porque le dio un abrazo muy fuerte de lo adorable que era.
El segundo timbre sonó y Val entró por la puerta para sentarse a mi lado.
—Hola, cariño.
—Hola, cielo— dije bromeando. Si ella tiene varios apodos para mí, ¿por qué no la pongo yo uno también?
—¿Cielo? Mmm...— dijo pensativa—. Cámbialo por otro.
—¿Hola, bebé?
—Bueno, no está mal, pero dame más apodos.
—A ver, déjame pensar. ¿Hermosa? ¿Preciosa? ¿Reina? ¿Osito? ¿Bombón?
—Ufff me siento halagada. ¿Crees que todo eso es verdad, eh?
—Bueno, ¿qué quieres que te conteste?
—Lo que tú piensas, quiero que seas sincera, ¿te parezco atractiva?
Aunque yo no pude responder porque una mujer entró por la puerta.
—Chicos, la profesora de literatura no ha venido hoy, podéis ir a la biblioteca— la mujer se fue y el resto de compañeros hicieron lo mismo.
—¿Dónde vamos?— pregunté.
—¿Te apetece ir a nuestro sitio secreto? Así allí puedes responder mi pregunta.
—Vamos.
Nosotras salimos de clase y bajamos las escaleras que daban al sótano. Una vez dentro, quitamos el polvo de dos sillas que había y nos sentamos.
—A ver, responde a mí pregunta.
Yo no quería responder, porque si lo hacía, ella sabrá que me parece atractiva, muy atractiva. Al fin y al cabo, Addie no mintió cuando dijo que Valerie era mi tipo, me gustan las rubias de ojos azules, con buen estilo de ropa y más extrovertidas que yo.
—¿Qué pregunta?— disimulé.
—Lo sabes perfectamente— contestó mirándome fijamente.
—¿No te apetece leer un rato?
—Lo que me apetece es oír tu más sincera respuesta.
—¿A que? No sé de qué hablas.
—Deja de hacerte la loca. ¿Te parezco atractiva?
—Te contestó con una condición— dije mientras se me ocurría una idea muy buena—. Yo te hago otra pregunta y tú la tienes que responder sí o sí.
—Vale. Ya hicimos algo similar otra vez.
Miré al suelo y suspiré. No puedo creer lo que estaba a punto de decir, y lo que es peor, admitir a la rubia.
—Si, me pareces atractiva.
—¿Atractiva a secas? Querrás decir muy atractiva.
—Bueno... puede ser.
—Ya has hecho mi día con eso. Bueno, mi día no, mi mes— sonrió sin quitar la mirada en mí, aunque yo estaba mirando al suelo aún—. ¿Qué te gusta de mí?
ESTÁS LEYENDO
El Arte De Ser Invisible (lgbt+)
RomanceElla no esperaba que una asignatura fuera a cambiar su vida, tampoco esperaba que una rubia tardona y rebelde fuera a hacerlo. --------- Elodie comienza el último año de instituto pensado que sería como todos los demás: muy aburrido, y aunque su mej...