44. Una cita de 7 días

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Abrí los ojos, viendo cómo estaba tumbada encima de un mantel rojo con rayas blancas que formaban cuadrados. Cuando giré mi cabeza hacia la derecha me encontré con un verde césped y unos árboles que claramente tenían algunas hojas secas de color naranja mientras que otras muchas estaban en el suelo.

Me incorporé y me senté. Después, llevé la mirada al centro del mantel, ahí había una cesta de madera con mucha comida, demasiada. Había sándwiches, queso, uvas, patatas fritas, manzanas, unos trozos de pizza y dos trozos de tarta de chocolate, la mejor del mundo, yo sonreí. A su lado, había zumo.

Este sitio parecía familiar, pero no sabía dónde estaba.

Levanté la mirada hacia la izquierda y vi unas bonitas piernas que llevaban un pantalón negro con alguna rotura y unas zapatillas Vans negras. Comencé a subir la mirada y vi que también llevaba una sudadera negra con una camiseta de cuadros por encima. El outfit era bastante atractivo. Continúe subiendo mis ojos hasta llegar a la cara de esta persona, la cual era nada más y nada menos que Valerie.

Sus azules ojos me estaban mirando fijamente mientras sonreía.

—¿Te gusta?

—S-si— contesté algo extrañada.

—Siempre he querido hacer un picnic en este parque, encima es el último día de otoño, hay que aprovechar que no hace tanto frío.

—S-si, el invierno es peor.

—¿No tienes hambre? Porque a mí me ruge la tripa— ella se rio mientras cogía un sándwich y me lo daba— No soy la mejor cocinando pero al menos creo que sé hacer uno de estos de forma decente. Quién lo diría cuando tengo un padre que fue cocinero...

—S-si.

Ella se giró y me miró profundamente a los ojos.

—Te voy a decir algo porque no puedo más— yo afirmé con la cabeza de forma confusa. No entendía dónde estaba ni lo que estaba ocurriendo—. Estoy enamorada de ti.

¿Cómo?

Bip, Bip, Bip.

—¿Qué se oye?

—No se oye nada.

El mismo sonido se volvió a repetir pero esta vez yo abrí los ojos rápidamente. Me senté en la cama y apagué la alarma del móvil. ¿Qué coño acaba de pasar?

Mi respiración estaba un poco agitada y no daba crédito, el sueño... se ha vuelto a repetir. Pero esta vez he visto a la persona, he visto que era Valerie, si, era ella, ese era su rostro. Al menos no era Tessa, cuando se lo cuente a Addie se alegrará.

Pero... el final... ¿Me había dicho eso o son alucinaciones?

De todas formas, debo levantarme e ir al instituto o voy a llegar tarde, y no quiero que eso pase. Los lunes creo que pueden ser los peores días con gran diferencia. Da mucha pereza levantarse para ir a estudiar y aprender cosas inútiles, además, es el día que más cansada suelo estar.

Me duché, me vestí y baje a comer el desayuno rápidamente. Tras esto salí a la calle y subí al coche de Addie.

Hello girl— me saludó de forma enérgica.

—Hola, loser. Estas muy enérgica tú hoy. Es raro siendo lunes.

—Yo siempre estoy así.

—No, tú los lunes estás peor que un zombie— reí yo—. ¿Estás así por qué vas a ver a tu queridísima amiga llamada Chloe?

—No, estoy así porque te acabo de ver.

El Arte De Ser Invisible (lgbt+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora