Me senté en el mismo mantel que la rubia utilizó en el picnic que hicimos hace unos días. No podía creer dónde estamos ahora mismo, esto parecía surrealista.
Delante teníamos un hermoso lago de color azul, el agua era de color transparente, pudiéndose ver las piedras que estaban en el fondo. Estábamos rodeadas de miles de árboles, que aunque solo tenían ramas vacías, se veían bonitos. El aire fresco del invierno entraba a mis pulmones y yo me sentía tranquila.
Nos ha llevado media hora venir hasta aquí, pero ha merecido la pena. Las vistas y el ambiente eran perfectos.
—Solía venir aquí a caminar con mi madre y mi padre cuando era más pequeña.
—Es muy bonito.
—Si, esto me trae muchos recuerdos positivos. Necesitaba traerte aquí para que conocieras un poco más de mi vida.
—Me ha encantado pasar contigo esta semana conociendo donde te criaste de pequeña. No sabes lo bien que me lo he pasado y, la verdad, no quiero regresar mañana a casa.
Regresar mañana a casa implicaría volver a la dura realidad y pese a que aún estaremos de vacaciones no va a ser lo mismo. No voy a estar conviviendo con ella, no voy a estar cocinando con ella, no vamos a dormir juntas... Con solo pensarlo ya lo echo de menos.
—Y a mi me ha encantado enseñarte mi pueblo. Además, has conocido a mis amigos y eso es lo que más ilusión me ha hecho. Creo que ahora te quieren más a ti que a mí— ella echó una carcajada.
—Sobre todo tu ex— guiñé un ojo—. Ella me ha caido genial, es muy graciosa.
—Lo es. Es muy buena persona, sinceramente, no sé cómo pudo aguantarme tantos meses. Pero lo nuestro estaba escrito, no éramos novias, éramos amigas. Ella y Kennedy si que estaban destinadas a estar juntas.
—Están muy enamoradas.
—Lo están— ella hizo una pausa—. Me recuerdan a otras dos chicas...
—¿A quiénes?
—No sé, piensalo.
¿Me he perdido algo? ¿Se refiere a alguna serie o película? ¿Se refiere a nosotras dos? La verdad es que no tengo ni idea a quienes se refiere.
—No sé que tengo que pensar— contesté de forma confusa.
—Pues en lo buena pareja que hacemos nosotras dos...— ella me miraba sonriendo de forma juguetona, pero yo abrí los ojos ante lo que acababa de escuchar—. Imagínalo.
Mi corazón comenzó a palpitar muy fuerte, es que incluso lo podía oír y estoy segura que ella también. Soy consciente de que hacemos buena pareja, ya que todo el mundo piensa eso, incluso su entrenadora, pero no pensé que ella lo iba a verbalizar.
—S-si— murmuré evitando mirarla.
Un silencio se formó entre nosotras, ella miraba el agua de forma pensativa mientras jugaba con las rocas que teníamos alrededor e impuso lanzaba alguna al agua, lo que provocaba que yo me quedará atontada viendo caer la piedra hasta el fondo del lago.
Aproveché el momento para sincerarme sobre la noche de ayer. Me sentí tan bien, que necesitaba compartirlo con ella y hacerla saber como me hizo sentir su inesperado plan.
—Una cosa, gracias por la noche de ayer.
—No me tienes que agradecer nada— ella arrugó la frente a modo de confusión.
—Si, lo tengo que hacer, porque gracias a ti tuve la mejor noche de mi vida, fuera de bromas. Anoche me sentí genuinamente feliz por primera vez. Y pensarás, pero esta chica está loca o qué exagerada es, pero en serio, nunca me había sentido así.
ESTÁS LEYENDO
El Arte De Ser Invisible (lgbt+)
RomansaElla no esperaba que una asignatura fuera a cambiar su vida, tampoco esperaba que una rubia tardona y rebelde fuera a hacerlo. --------- Elodie comienza el último año de instituto pensado que sería como todos los demás: muy aburrido, y aunque su mej...