20. ¿La vas a besar?

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La escena que estaba ocurriendo en frente mío ya la había vivido hace casi un mes, cuando fui a mí primera fiesta con Addie. El único problema es que esta vez me encontraba en casa de mi amiga y ella me estaba buscando un look en su armario para llevar a la fiesta.

Sabemos perfectamente cómo va a acabar esto, me va hacer ponerme un outfit súper diferente a lo que yo suelo llevar y yo no voy a aceptar.

—¡Esto es perfecto!— dijo ella mientras me enseñaba un vestido azul super pegado.

—Ni de coña llevo yo eso.

—¿Tú sabes cómo se quedaría Valerie al verte con eso? Te devoraría.

—¿Cuántas veces te tengo que decir que no quiero ligar con ella? Además, que no sabemos cuál es la orientación sexual de Val— mentí, yo sé que a la rubia le gustan las chicas, me lo contó ayer.

—¿Pero tú has visto las vibras que desprende? Fijo que le gustan las tías.

—Pero eso no lo puedes saber hasta que ella lo diga.

—Cariño, ojo de loca no se equivoca. Ahora ve y pruébate el vestido.

—No voy a llevar eso. Sabes perfectamente que nunca en la vida me pondré un vestido.

—Que sosa eres. Ponte está blusa blanca con el vaquero que llevas— respondió lanzándome la blusa.

—Eso me gusta más— me levanté de la cama y me fui al baño para cambiarme.

Una vez salí del baño, Addie ya se había puesto su ropa y estaba maquillándose. Íbamos a ir a la fiesta las dos en su coche y nos íbamos a encontrar allí con Owen, Chloe y Valerie.

Y yo, como siempre, estaba muy nerviosa, era la segunda fiesta a la que iba a ir. La fiesta anterior estaba llena de gente que estaba borracha y otros muchos que se estaban enrollando con sus parejas. Recuerdo que el ambiente, en general, me estaba agobiando demasiado, y bueno, la única persona que logró salvarme fue la rubia.

Addie terminó de prepararse y fuimos hacia su coche. Ella se había puesto un pantalón super pegado, un crop top y una chaqueta por encima.

Una vez llegamos a la fiesta, mi amiga aparcó su coche al final de la calle, lo que hizo que tuviéramos que andar hasta llegar a la casa del anfitrión.

En el grupo que creó Owen hace unos días con los números de teléfono de los cinco, Chloe había enviado un mensaje en el que decía que ya estaban dentro de la casa y que nos esperaban en la cocina.

Cuando entramos a la casa el sonido de música muy alta llenó mis oídos, decenas de personas estaban bailando y otras muchas liándose. Yo suspiré, ¿por qué he aceptado esto?

No sé cómo, pero logramos llegar hasta la cocina esquivando a miles de personas, muchas de ellas sin siquiera nos dejaban pasar y les teníamos que empujar. Esto era un horror.

En una esquina de la cocina estaban los tres amigos. Owen llevaba un pantalón negro con una línea roja y un polo blanco metido debajo de este. Chloe llevaba una camiseta básica de color blanco y un pantalón vaquero.

Valerie llevaba un pantalón negro con agujeros y una camisa negra que estaba remangada y que también estaba metida por su pantalón. La camisa tenía los dos botones superiores desabrochados, lo que permitía que se pudiese ver el cuello y la clavícula. Su pelo estaba suelto lo que hacía que cayese en ondas como si fueran olas, se veía demasiado bonito, además, sus ojos estaban maquillados con una suave línea negra a modo de eyeliner. Es tan atractiva. ¡No! No puedes pensar eso.

El Arte De Ser Invisible (lgbt+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora