51. Mira, tócalo

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Valerie se vio interrumpida por nada más y nada menos que la dichosa rubia llamada Charlotte. Ambas se encontraban de perfil, con lo cual podía ver perfectamente sus rostros. Valerie rodó los ojos y se tocó rápidamente el cuello, para después tocarse la frente a modo de estrés.

La otra chica comenzó a hablar mientras sonreía de forma maligna y Val abrió la boca contestándole. Ella intentó volver a caminar pero antes de que lo hiciera Charlotte colocó sus brazos alrededor del cuello de Val. Esto no me está gustando. Inmediatamente me incorporé en el sofá mientras miraba a la tía esa con algo de enfado.

¿Estos son los famosos celos? Si, pues los estaba teniendo, pero simplemente porque no me estaba gustando como la tenía cogida ahora mismo y su mirada... era como si la estuviese devorando.

Valerie la apartó los brazos y volvió a intentar andar, pero de nuevo esta pesada la paró, esta vez sujetándola la cara. Pero lo que pasó después, lo vi a cámara lenta.

Charlotte se acercó a la cara de Valerie, abriendo su boca suavemente y cerrando los ojos. Lista para conseguir su objetivo de la noche, joder. Ella acabó de cerrar la distancia que había entre sus labios y los de Val, besándola.

Pero Valerie fue rápida y echó la cabeza hacia atrás a la vez que con sus manos la empujó suavemente del estómago, haciendo que la rubia vestida de negro diera un paso hacia atrás para no caerse.

—¿Qué haces?— dijo Valerie con un tono de voz fuerte que se escuchó hasta acá. Sus pies se separaron más aún de ella mientras su frente se arrugó.

Ver esta situación me cabreo y mucho. ¿Quién se cree que es está tía? Lleva viéndonos toda la noche juntas y ha esperado a que Val estuviera sola para atacar a la presa. Ha visto que algo nos traemos y ha decidió jodernos la noche para así buscar pelea. Está celosa de que yo tenga algo con Valerie.

Me levanté más rápido que nunca y fui directa hacia la tía está. Oí que Liv me dijo algo pero sinceramente ahora mismo no podía oír nada, solo mi corazón yendo a miles de pulsaciones por segundo ante el cabreo que tenía.

—¿Qué coño haces? No la toques— dije con tono alto y mirándola a la cara, sin vergüenza ninguna. Creo que ahora mismo soy una persona muy diferente y es todo culpa de la situación, que me ha sacado de mis casillas.

—Ella no es tuya. No es de tu propiedad— su voz aguda llenó mis tímpanos y yo pensaba que se me iban a romper.

—Cállate la boca, es mi novia— contesté dando un paso hacia delante. Ella no me va a intimidar.

—¿Tu novia?— ella echó una carcajada—. Pero si no sois nada.

—No tienes ni puta idea— no seremos novias todavía pero lo que tenemos es especial.

—Ellie, vamos— Valerie me cogió de la mano pero la interrumpió la tía esta.

—La que no tiene ni puta idea eres tú. Val nunca saldría con una tía como tú.

—No hables sin saber. Ella saldrá con quien quiera tu no lo decides— apreté los dientes.

—Sé más que tú, la conozco de más tiempo. ¿Tú que? La conoces desde hace dos días.

Me reí ante la tremenda estupidez que acababa de decir.

—El tiempo aquí no dice nada. Lo que dice son las conversaciones y me da que tú tuviste pocas con ella.

—¿Segura? ¿Acaso te ha contado alguna cosa de su vida personal? ¿Acaso sabes lo que pasó hace siete meses? ¿Conoces lo que pasó hace dos años?

—Se más de lo que tú piensas.

—Pues no lo creo. Pareces una chica inteligente con esas gafitas pero ahora estás demostrando lo contrario.

El Arte De Ser Invisible (lgbt+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora