Abrí la puerta del ya tan familiar coche negro del padre de Valerie. Me metí y el calor entró por mi cuerpo, pero no solo por la temperatura que hacía dentro, si no porque también estaba Valerie.
—Hola, osito— reí mientras me acercaba a ella y le daba un corto beso en la mejilla, para después atarme el cinturón.
—Hola, Afrodita.
Tras escuchar esto yo giré los ojos. Definitivamente odio ese nombre.
—Ugh, no me gusta ese apodo. Necesitas cambiarle, ya.
—¿Por qué? Si tu eres una diosa.
—Pero no me gusta— bajé mis labios, haciendo un puchero—. Me gusta que me llames preciosa.
Ella puso sus ojos en blanco y arrancó el coche con una pequeña sonrisa.
—Vale, así te llamaré, preciosa.
—Llevo toda esta semana haciendo deberes y estudiando, lo odio. ¿Tú cómo vas?
—Bueno, no es que haya hecho mucho, si te soy sincera.
—¿En serio? ¿Y cómo apruebas luego?
—Lo hago todo el día antes y así sobrevivo.
—Me das mucha envidia. La gente piensa que yo soy la típica nerd con notazas pero eso es porque no han visto lo que ocurre en realidad.
—¿Qué ocurre en realidad?
—Pues mira, soy de esas a las que les cuesta demasiado estudiar, se me es imposible por muchas razones. Para empezar, me distraigo hasta con una mosca-
—Me pasa lo mismo.
—Luego, me cuesta muchísimo aprenderme una sola página, ¿para qué? Para que se me olvide a los dos minutos. Todo mi esfuerzo no da ningún resultado porque acabo sacando cincos y como mucho un seis. Incluso, suspendo muchas veces pese a haber estudiado— miré a la ventana—. Soy una idiota, lo único que soy capaz de aprenderme son cosas relacionadas con mis hobbies y las letras de las canciones.
Al ver mi nerviosismo ante lo que acababa de contar, Val quitó una mano del volante para colocarla en mi muslo y mover su dedo pulgar. Siempre hace eso con el fin de calmarme.
—Cálmate, Ellie— ella me miró rápidamente para volver a llevar su vista hacia la carretera—. Tu eres muy inteligente y no te das cuenta. A mi me fascina ver como hablas de literatura, de fotografía, de música... Eso es lo que se te da bien a ti, esas son tus pasiones. El instituto está diseñado para intentar hacernos pensar que somos tontos, solo por el mero hecho de que hay cosas que no se nos dan como al resto de personas. Pero esa es la cosa, cada persona es diferente, a mi se me dan peor unas cosas, y en cambio, a ti se te dan genial. Cada uno tenemos nuestros talentos y en el instituto casi nunca les podemos enseñar, porque allí te obligan a aprenderte lo que ellos quieren. Tienes que aprenderlo de memoria y escupirlo en un examen. Pero cuando salgamos de aquí vas a poder hacer algo que tu quieras y algo que se te dé realmente bien.
—Si... aunque todavía no sé el qué.
—No pasa nada, ya lo descubrirás. No pasa nada porque el año que viene no hagas nada. Ahora céntrate en el presente e intenta disfrutar de este año, no te estreses tanto por el instituto, aunque sé que es difícil. Yo te puedo ayudar todas las tardes que quieras a estudiar.
—Muchas gracias, Val.
Sus palabras me habían hecho sentir mejor acerca de una de mis inseguridades que más rabia me podían dar. Siempre se me han dado mal los estudios y eso me frustra demasiado, porque yo me esfuerzo mucho para absolutamente no conseguir nada.
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El Arte De Ser Invisible (lgbt+)
RomanceElla no esperaba que una asignatura fuera a cambiar su vida, tampoco esperaba que una rubia tardona y rebelde fuera a hacerlo. --------- Elodie comienza el último año de instituto pensado que sería como todos los demás: muy aburrido, y aunque su mej...